14.4.16

Danseuse

Hace dos días me reencontré con una parte de mí que creía casi perdida. Una parte de mí que me tenía enojada y dolida. Pero hoy me gusta poder decir que sigue siendo una parte de mí o que eso soy yo simplemente. Bajo lo efectos que se producen en mí en esas circunstancias, siento que soy verdaderamente yo. Y eso me duele. Me duele porque no puedo ser verdaderamente yo todos los días. Me duele porque extraño ser esa yo. Porque sin importar cuán enojada allá terminado con todo lo que implica ser esa yo, sigo siéndolo, y aunque en algún momento haya intentado negarlo, ahora me doy cuenta de que tengo que dejar de hacerlo. Esa yo es la que más me gusta. "Es la mejor versión de mí misma" y digo esto casi citando a una persona que quiero mucho que habla de las distintas personalidades que tenemos adentro y elegimos cuál usar para cada situación. O por lo menos la mayoría hacemos eso. Me gusta que esta sea la mejor versión de mí misma porque es con la que más cómoda, plena y feliz me siento. Nada en la vida me llena y me completa más que esos momentos en los que puedo ser así.
Me cuesta aceptar todo esto porque me esforcé muchísimo en encontrar otro lugar que me de lo mismo. Otro lugar que me haga así de feliz. Y encontré uno muy parecido pero no me es suficiente. Los sentimientos que me despierta no son comparables. Es un lugar que me muestra como soy, pero esa forma de ser no me hace vulnerable ante nada de lo que pueda pasar en ese espacio. El otro lugar, en cambio, me deja completamente descubierta. En alma y cuerpo. Saca lo mejor y lo peor de mí. Mis debilidades y mis fortalezas. Todo queda expuesto y eso es lo que tanto me fascina. Me encanta la idea de que exista un espacio en el que no hay máscaras. No hay forma de ocultar nada. Por eso es la mejor versión de mí, porque eso que siento, que hago, que muestro, es lo que soy realmente.
Me enfurece no poder controlar todo lo que ese espacio conlleva y esa es otra de las cosas que me dejan expuesta. No puedo tener todo bajo control. Es el único lugar en mi vida que no puedo controlar completamente.  Me resulta frustrante en algún punto y desafiante en un punto más amplio y constante.
No sé que va a pasar con esta parte de mí a medida que pasen los años, pero algo tengo que hacer para que pase lo que quiero que pase. En este momento tengo las emociones demasiado revolucionadas para pensar en algo coherente y posible pero ya se me va a ocurrir algo.
Lo único que sé es que nunca voy a dejar que esa parte de mí, esa versión de mí, se extinga, porque no creo que sea posible.


"Bailemos, que sino estamos perdidos".