Hace un rato volvía a casa y me sorprendían las bocinas. Me sorprendía como la gente hablaba de lo mismo en la parada del colectivo, en el colectivo y en la esquina de un bar. Los veinte minutos de viaje y las cinco cuadras que caminé fueron como una sola misma cosa, como si estuviera parada en el mismo lugar siempre, sin moverme, sin que nadie se mueva. Hoy me levanté con dolor de cabeza y me acabo de dar cuenta por qué. Mientras todo un país se ponía la camiseta de un color o del otro, nosotros estabamos preocupados en que los vestuarios estén su lugar, en que la gente se divierta en la función, y en que una vez más estabamos haciendo lo que tanto nos gusta hacer. Y me pregunto si va a ser toda la vida así... ¿puede mi amor por lo que hago ser mas fuerte que todo lo que me rodea?...
Realmente no lo sé. Pero que fueron arduos meses de discusiones complejas, de escuchar a veces sin poder responder, de indignación, de tristeza, de esperanza, de enojos, de peleas y de sorpresas, de estos segura. Siempre me estoy sorprendiendo de todo. De como habla la gente, de como piensa, de como reacciona y acciona, de como se dirige a las personas con las que convive y las personas que la gobiernan. No me comí un cuento, no me lavaron la cabeza, no me cegaron con fantasías. Simplemente, pude ver y escuchar lo que tantas veces me contaron y por eso hoy pienso así.
A diferencia de muchos, no espero que esto fracase para que nos lamentemos y queramos volver a lo que fue vivir hasta el día de hoy. Me encantaría haberme equivocado todas las veces que dije algo en contra de lo que se viene, no de haber defendido lo que existe hoy por hoy, pero si de haber criticado especulando. Me encantaría que todos los que piensan como yo, y hasta con más pasión y lealtad, estemos equivocados. Porque no me van a temblar las manos, ni me va a golpear el ego si tengo que aplaudir lo que venga, siempre y cuando sea mejor que lo que tenemos ahora. Ojalá, ojala nos estemos equivocando y esto solo sea el principio de algo mejor. Es difícil de imaginar... Cuando escuchas gente que vivió antes que vos y que te la puede contar, o gente que lucha por esto día a día, o que durante estos doce años tuvo cambios inmensos en la vida, cuesta creer que realmente la mayoría este queriendo algo distinto por convicción.
Nunca pensé que me iban a caer lágrimas por esto, pero así fue y así me di cuenta de que mis ganas por todo esto estaban intactas. Como desde la primera vez que me interesé en la historia más cruel que le toco vivir a este país cuando me la contaron en el colegio primario, hasta cuando conocí a mis mejores amigos por exponer nuestros ideales y atrevernos a juzgarnos por ellos pero a querernos también. Porque la política une, la política moviliza, transforma y trasciende muchísimas cosas. Definitivamente será en otra vida que tengamos un contacto más puro, pero mientras, me voy a ocupar de que tengamos al menos alguna clase de relación.
Hoy es un día histórico. No nos olvidemos de eso nunca. Y me voy a ir dormir, solo cuando te haya escuchado hablar por última vez.
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