27.2.16

Tres palabras.

Nos separan cuatro horas, veintiún grados y nueve años, pero algo que no sabemos nos une. No sabemos que es, pero lo sentimos. El saber se confunde con el pensar o se relaciona, no estoy segura. Pero así como sé que no es algo que pensamos, sé que es algo que solo sentimos. Use las mismas tres palabras en cuatro oraciones. Saber, pensar, sentir. A veces solo sabemos porque lo sentimos, pero necesitamos pensarlo para saberlo completamente y por ahora creo que no queremos saberlo, por todas esas cosas que nos separan que además no son las únicas.
No logro imaginarnos dentro de unos años. Últimamente me cuesta imaginar los años que vienen. No sé si será porque antes no me costaba nada y ahora soy realmente consciente de lo difícil que es o porque de verdad es difícil y antes no me daba cuenta.
Sos de esas cosas que me gusta soñar pero por lo lindo que es soñar y no porque realmente me gustaría que fueran reales. Porque existen esas cosas que nos gustan que queden en los sueños, que no se mezclen con la realidad que vivimos o conocemos por miedo a que se arruinen.
Me encanta todo lo que llegamos a compartir. Y es esa la forma de describirlo, que me encanta. Porque logras sacar mi mejor lado, mi mejor versión de mi misma cuando te tengo cerca o te siento cerca. Creo que es la mejor versión de mi misma porque pocas personas logran ponerme en ese lugar y cada vez que me pasa registro lo cómoda y feliz que me hace sentir.
No te extraño porque nunca lo hice y es raro pero el cariño que nos tenemos no llega a despertar el sentimiento de extrañar. En ninguno de los dos, de estoy re segura y me deja tranquila. Es curioso, porque sos de esas cosas que me gustaría nunca perder en la vida y siento que así va a ser, pero no te extraño. Será por eso que no te extraño. Porque se que siempre estuviste y vas a estar a la misma distancia, fuera de la distancia física real que nos separa en este momento.
Tu vida me da curiosidad, no sé que haces de tu día a día, no sé que haces cuando te ves con tus amigos, no sé como te comportas con otras personas, no sé que se te cruza por la cabeza en otras situaciones que no sean las que compartimos y estoy segura que no sos sólo eso que veo de vez en cuando, porque yo tampoco soy sólo eso que ves de vez en cuando. Insinuas tu forma de ser, me lo contás entre chiste y chiste, pero no me es suficiente. Y acá es donde no sé si quiero que dejes de ser un sueño, en cuanto a lo que puedo entender que sos y como me imagino que sos, o si quiero saber quien sos realmente. Tal vez por miedo a que seas sólo esto que conozco, sin ningún secreto, o porque seas algo completamente diferente y este seas ese vos que mostrás cuando conoces a alguien sólo por un día. Ese ser que tenemos todos adentro, que solemos llamarlo "primera impresión". Pasar esa etapa después de conocer a alguien nos deja decir si tuvimos una buena o una mala "primera impresión", pero yo reconozco que mis primeras impresiones siempre son diferentes a la persona que después termino de conocer porque son exactamente eso, algo que nos impresiona, que nos sorprende, que nos encuentra desprevenidos y se instala en la descripción de una persona. Catalogar después de una primera impresión es conocido como prejuzgar, pero a mi me parece bien y me gusta hacerlo porque me va bien la idea de que podamos equivocarnos en como creímos que era una persona a primera vista o emocionarnos por sentir que desde un principio nos dimos cuenta de como era. Y ahí está la idea mayor. Darse cuenta. Eso nos ata a la realidad. Nos saca de los sueños, nos saca de las "primeras impresiones", nos arruina una idea, ya sea haciéndonos un favor o haciéndonos sentir que es lo peor que nos está pasando.
Me di cuenta de que algo teníamos después de que vos te diste cuenta, o fue casi al mismo tiempo porque no tardamos en hacerle entender al otro que nos habíamos dado cuenta. Todo lo demás, vino por simple inercia. Cuando te das cuenta de algo, no podes omitir lo que sigue a eso, ya no podes dejarlo pasar como si justo hubieras estado distraído para notarlo porque ya está. Una vez que te das cuenta, no hay vuelta atrás. Y si no hay vuelta atrás, mejor enfrentarlo. O no. A veces es más divertido esquivarlo mientras cada vez más aceptamos que ya nos dimos cuenta. Porque darse cuenta le da intensidad a eso de lo que nos damos cuenta. Y vivir la vida intensamente es lo mejor que podemos hacer. Ahora y siempre. Así que cuanto más nos quedemos en el darnos cuenta sin resolverlo, siempre y cuando sea algo bueno a lo que nos estamos refiriendo, más entretenidos y divertidos vamos a vivir, sin dejar de soñar, sin dejar que la realidad se lleve todo por delante, despojándonos de todo material para imaginar.

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