9.12.15

Política doce

Hace un rato volvía a casa y me sorprendían las bocinas. Me sorprendía como la gente hablaba de lo mismo en la parada del colectivo, en el colectivo y en la esquina de un bar. Los veinte minutos de viaje y las cinco cuadras que caminé fueron como una sola misma cosa, como si estuviera parada en el mismo lugar siempre, sin moverme, sin que nadie se mueva. Hoy me levanté con dolor de cabeza y me acabo de dar cuenta por qué. Mientras todo un país se ponía la camiseta de un color o del otro, nosotros estabamos preocupados en que los vestuarios estén su lugar, en que la gente se divierta en la función, y en que una vez más estabamos haciendo lo que tanto nos gusta hacer. Y me pregunto si va a ser toda la vida así... ¿puede mi amor por lo que hago ser mas fuerte que todo lo que me rodea?...
Realmente no lo sé. Pero que fueron arduos meses de discusiones complejas, de escuchar a veces sin poder responder, de indignación, de tristeza, de esperanza, de enojos, de peleas y de sorpresas, de estos segura. Siempre me estoy sorprendiendo de todo. De como habla la gente, de como piensa, de como reacciona y acciona, de como se dirige a las personas con las que convive y las personas que la gobiernan. No me comí un cuento, no me lavaron la cabeza, no me cegaron con fantasías. Simplemente, pude ver y escuchar lo que tantas veces me contaron y por eso hoy pienso así.
A diferencia de muchos, no espero que esto fracase para que nos lamentemos y queramos volver a lo que fue vivir hasta el día de hoy. Me encantaría haberme equivocado todas las veces que dije algo en contra de lo que se viene, no de haber defendido lo que existe hoy por hoy, pero si de haber criticado especulando. Me encantaría que todos los que piensan como yo, y hasta con más pasión y lealtad, estemos equivocados. Porque no me van a temblar las manos, ni me va a golpear el ego si tengo que aplaudir lo que venga, siempre y cuando sea mejor que lo que tenemos ahora. Ojalá, ojala nos estemos equivocando y esto solo sea el principio de algo mejor. Es difícil de imaginar... Cuando escuchas gente que vivió antes que vos y que te la puede contar, o gente que lucha por esto día a día, o que durante estos doce años tuvo cambios inmensos en la vida, cuesta creer que realmente la mayoría este queriendo algo distinto por convicción.
Nunca pensé que me iban a caer lágrimas por esto, pero así fue y así me di cuenta de que mis ganas por todo esto estaban intactas. Como desde la primera vez que me interesé en la historia más cruel que le toco vivir a este país cuando me la contaron en el colegio primario, hasta cuando conocí a mis mejores amigos por exponer nuestros ideales y atrevernos a juzgarnos por ellos pero a querernos también. Porque la política une, la política moviliza, transforma y trasciende muchísimas cosas. Definitivamente será en otra vida que tengamos un contacto más puro, pero mientras, me voy a ocupar de que tengamos al menos alguna clase de relación.
Hoy es un día histórico. No nos olvidemos de eso nunca. Y me voy a ir dormir, solo cuando te haya escuchado hablar por última vez.

29.11.15

Compatibilidad

Cansada de esperar, me pareció que lo mas razonable sería que empiece a hablar yo primera. Empecé diciéndote lo mucho que te quería, como si eso fuese a cambiar algo en el carácter de lo que te dijera después o de tu reacción con respecto a eso. Como si no lo supieras o tuvieras alguna duda sobre eso. Como si nunca te lo hubiera dicho. Y no se como lo escuchaste vos, pero a mi me pareció que nunca te lo había dicho, nunca de esa forma al menos. Te hablé de mi futuro, de lo que quiero para mi vida y en que parte de ella entrabas vos. Te dije como me sentía en relación a la posición que ocupabas en  vida, que me daba miedo, pero seguridad al mismo tiempo. Miedo de que puedas sobrepasar algo que vengo deseando desde que tengo poder de decisión sobre la mayor parte de todos los aspectos de mi vida. Miedo de que seas mas grande que cualquier cosa que me pudiera imaginar. Miedo de que me cambies. Y seguridad de que sigo teniendo un corazón que se ve afectado por humanos y no simplemente por logros propios y hasta en algún punto egoístas.
Mi discurso fue medianamente breve, raro en mí, pero breve y conciso. Creo que entendiste todo y a la vez quisiste cuestionarlo todo, entonces te quedaste pensando un rato sin decirme una sola palabra. Por única vez en la vida, tu silencio no me impacientó y fui a preparar café. Cuando volví tenías una expresión poco habitual en vos, estabas como enojado y resignado a la vez. Te di la taza con café sin siquiera preguntarte si querías o no, pero la aceptaste sin preguntarme tampoco como lo había preparado. "Más leche que café y tres de azúcar" me dijiste otras veces, como si no lo supiera o como si tuvieras miedo de que no me acordara. Ahora, no dijiste nada y agarraste la taza como si fuera lo que le faltaba a tu mano desde hace rato.
Me senté sin mirarte, subí los pies al sillón y sostuve la taza con las dos manos mirando la tele apagada que teníamos enfrente. Por el reflejo borroso, vi que me estabas mirando y cuando gire la cabeza para mirarte decidiste empezar a hablar. No empezaste diciéndome que me querías como yo, empezaste con algo así como un deseo bueno hacia mí y hacia todo lo que yo quería en la vida. Hablaste de las cualidades positivas que tengo que me podrían llevar a donde quisiese y terminaste diciendo que creías que no entrabas en todo eso que yo tenía planeado. Que no podías aceptar entrar en eso de la forma en la que yo te lo estaba ofreciendo. Que nunca querrías, ni intentarías cambiarme y te quedaste callado, sin un "te quiero", sin ni una palabra que exprese tus sentimientos hacia mí.

30.9.15

Conversaciones sin argumento

Los habían dejado solos. De un segundo a otro, solo eran ellos dos en la terraza. La fiesta casi que estaba terminando o la estaban mudando de lugar porque la madrugada estaba bastante avanzada pero quedaban unas horas hasta el amanecer todavía. Se habían llevado el equipo de música y el silencio que quedo en el ambiente era de esos que tienen sonido, como si de repente pudieras escuchar lo que antes te impedía el volumen de la música. Juana se sentó apoyando la espalada contra una pared y un vaso todavía en la mano. Escuchaba gente del otro lado de la puerta pero no llegaba a distinguir lo que decían. Miraba el cielo como perdida en la oscuridad y en la luz de las estrellas. Federico la interrumpió con un chasquido de dedos.
-Eu! Te colgaste.
Juana salió de su trance pero le tomo unos segundos entender que era él quien le hablaba y no contestó nada.
-Que haces que no estas ayudando a limpiar y ordenar?
Y se sentó dejándose caer contra la pared junto a ella prendiendo un cigarrillo.
-No sabia que ya estaban limpiando. Que hora es? Ya terminó todo esto?
-No se que hora es. Pero solo nos estamos mudando para adentro del departamento porque los vecinos se quejaron.
-Deben ser las 3 entonces. Ali me dijo algo asi como que podíamos estar en la terraza hasta esta hora.
Se quedaron callados mirando el cielo un par de minutos. Juana movía el vaso en su mano casi sin notar que lo tenia porque no pensaba darle otro trago. Federico la miraba de vez en cuando pero no decía nada, hasta que ella giro la cabeza muy lentamente dejando de mirar para arriba para mirarlo a él y le dijo.
-Te extraño mucho.
Federico pestañeo pesadamente.
-Yo también.- Contestó.
Juana volvió a mirar el cielo y esta vez mas rápido y con mas decisión volvió a mirarlo.
-Siempre te extraño mucho.
-Ahora también?
-Si, siempre.- Dijo Juana con los ojos casi cerrados porque los parpados le pesaban terriblemente.
-Pero ahora estoy acá.
-No importa. Cuando estas o cuando no, siempre te extraño.
-Pero no me podes extrañar si me tenes al lado.- Se indignó Federico.
-Si puedo, porque te vas a ir y se que siento cuando te vas entonces te extraño desde ahora, te extraño siempre.
-Pero vuelvo, siempre vuelvo.
Volvieron a quedarse callados, esta vez un momento mas largo. Corría una brisa muy agradable por el espacio y la única pero suficiente luz que había era la de la luna.
-Me lo prometes?- Preguntó Juana.
-Que cosa?
-Que siempre vas a volver...
Federico sonrió con un solo costado de la mejilla.
-Te lo prometo.
-Conmigo... siempre vas a volver conmigo.
-Siempre voy a volver con vos.
A Juana se le humedecieron los ojos y agradeció muy en su interior la poca iluminación. Federico apagó el ultimo cigarrillo que había fumado por la mitad, le saco el vaso de la mano a Juana y lo apoyo en el piso. Estiro un brazo para llevarla hasta su pecho y la encerró con el otro para abrazarla. Ella se acomodó y escucho los latidos de su corazón. Un  poco adormilados en esa posición, los cegó la luz que entro por la puerta que se abrió de golpe con dos siluetas detrás.

29.9.15

Otra vez como siempre.

Salimos a la misma hora de siempre. Nos paramos en la puerta un rato como siempre. Cruzamos la calle y nos quedamos hablando como siempre también. Nos miramos como siempre, pero me pareció que era distinto esta vez. Vos contaste lo que te pasó el otro día. Nos reímos. Ella nos contó que iba a hacer dentro de una semana y él nos contó que no estaba bien con la novia, otra vez. Le dimos un par de consejos y creo que los escuchó sin escucharlos realmente porque en los ojos se le podía notar el miedo que tenía de que la relación termine de una vez, esta vez para siempre. Sabemos todas las cosas que les pasaron juntos, casi que la conocemos a ella por las historias que él nos contó todo este tiempo y muchas veces hasta adivinamos que pudo haber pasado antes de que nos cuente. A él le tratamos de explicar de mil maneras distintas que no tiene nada de sano lo que se hacen mutuamente, pero sin embargo hace un año que no cambian de actitud ni de posición. Tal vez esta vez, de una vez por todas, por muy cruel que suene, se termine y puedan los dos vivir en paz. Te angustia verlo así y creo que soy la única que lo nota porque ella esta mas preocupada porque en una semana se va de viaje y ellos no son de decir mucho entonces nos escuchan afirmando con la cabeza de vez en cuando mientras seguimos tratando de darle ánimos por mas inútil que sea. Me miras, y otra vez siento que me estas mirando distinto. Cuando te das cuenta que no vamos ni para atrás ni para adelante con las recomendaciones que le estamos dando al pobre, me miras ahora bien fijo y en esa mirada me pedís que haga algo para que terminemos con esta situación y así propongo que empecemos a movilizarnos cada uno a su siguiente destino. Caminamos un par de cuadras juntos y nos separamos en la esquina de siempre. Le deseamos suerte y se va con una de ellas. Hacemos uno o dos comentarios de como le irá y cambias de tema drásticamente porque necesitas parar con la depresión. Te acercas a mí y me abrazas. Siempre me abrazas, pero otra vez, esta vez es distinto. Ellos nos acompañan caminando atrás nuestro pero como no dicen nada relacionado a lo que yo estoy pensando, trato de convencerme de que estoy alucinando y vos tan tranquilo tampoco me das pie a confirmar mis teorías. Nos separamos de ellos ahora y nos quedamos solos esperando nuestro bondi, como siempre. Me hablas de cualquier cosa, pero me miras raro, me seguís mirando raro. Una vez arriba del bondi que increíblemente esta vacío, tenes los mismos ojos que creo que no tenías ayer, pero si hoy desde que salimos. Evito mirarte mucho porque me incomoda y me hago la distraída mirando por la ventana pero encontras la manera de llamarme la atención para que te mire. Se te escapan un par de elogios que no entiendo muy bien y los acepto más con humor que con cariño. Nos conocemos bien y nunca tuvimos grandes problemas de incomodidad, ni cuando recién nos estábamos haciendo amigos, pero ahora, ahora me estas incomodando bastante. Me corres el pelo para atrás del hombro, siempre te gustó mi pelo. Sigo mirando por la ventana. Te quedas callado de repente y me miras, nada mas me miras. Tengo una avalancha de pensamientos estúpidos en la cabeza. No se ni cuanto falta para bajarme de este bondi. De un segundo a otro siento como si me hubieran pegado una patada en el medio del estómago, el corazón me late cada vez mas fuerte y siento como estas poniendo tu mano sobre mi muslo. Me doy vuelta a mirarte y te tengo a tan pocos centímetros de la cara que pienso que me voy a marear. Me corres el pelo de la cara esta vez y me miras los ojos primero y la boca después. No puedo dejar de mirarte a los ojos. Si antes necesitaba correr la vista ahora no lo puedo hacer. Y sin que me de cuenta como empezó todo esto, me besas. Y es igual a como siempre lo soñé, pero nunca me animé a aceptar que me gustaba soñarlo.

17.9.15

Llorar y soltar

Decir las cosas las hace reales. O no. Pero decir las cosas, decir lo que pensamos compromete a alguien ademas de uno mismo en ese pensamiento y por algún motivo eso nos hace vulnerables. Podemos confiar en que si no queremos decir algo que solo nosotros sabemos con certeza, nadie mas lo va a saber, pero una vez que lo decimos, aunque sea a una sola persona, esa confianza de que somos los únicos responsables de nuestro secreto, se pierde. Además se vuelve mas real o mas importante cuando sale de ese lugar tan cómodo e impenetrable como nuestra cabeza y nos encontramos ocupándonos de pensarlo mas veces de las que antes lo hacíamos.
Es increíble como un sentimiento o pensamiento puede salir de adentro nuestro sin que lo decidamos y eso fue lo que me paso a mi. No puedo aceptar que esto es real porque aceptar que es así es aceptar que es imposible y me duele más pensar y saber que es imposible que negarlo y convencerme de que no es real. No soy la clase de persona a la que deberían pasarle cosas como estas y creo que es sumamente injusto no haber podido decidir si quería esto para mi o no. Ya sé. ya sé, esto no se elije. No podes elegir a quien queres, de quien te haces amigo o de quien te enamoras, pero sí tuve el derecho de querer aceptarlo o no y hasta ahora me negué a hacerlo y no entiendo porque ahora tuvo que ser diferente. Me gustaba mas la idea de no pensarlo o de que nadie lo piense y dejar que dentro de mucho tiempo pasase o no, pero no, al parecer todos lo piensan, todos lo saben, nadie dice nada, ni yo, ni vos, ni nadie, pero acá estoy, sintiendo que el corazón me va a explotar, que voy a vomitar, que los pulmones se me van a cerrar y no se que se supone que tenga hacer porque al parecer ninguna decisión depende de mí y hay cosas que debería haber dicho y hecho hasta ahora así que no se como seguir. Quiero gritar, te quiero abrazar, pero no quiero nada más. Nada. Que no pase nada, que siga todo igual, que todos se olviden de esto, que esto nunca haya existido, pero si no hubiera existido ¿seriamos los mismos? No se, no me importa, solo se que quiero dejar de sentirme así, que quiero dejar de pensar en esto, que quiero que el momento de haberlo dicho nunca haya existido o que el momento en que sentí que el cuerpo se me iba a desarmar después de escuchar la palabra que me llevo a decir esto no hubiera llegado tan temprano. Ni siquiera puedo llorar para descargarme porque no me sale, no lloro, no me caen lagrimas, voy a explotar pero no puedo ni llorar para sentirme mejor.

5.4.15

Primer día?

7am. Suena el despertador. Lo escucho pero no me acuerdo porque lo puse. De un segundo a otro siento como cada parte de mi cuerpo esta despierta. Y me acuerdo. Hoy empiezo la facultad. Uf! como suena... Empiezo la facultad. ¿Estoy grande? Ni de casualidad, pero aparento ser grande y me convenzo de sentirme grande. Lista mental de lo que tengo hacer en cuanto logre salir del enredo de sabanas y piernas. Baño, ducha, vestirme, desayuno, el bolso ya esta listo y hasta acá llego por ahora.
7:06am. O te levantas o te levantas. Pies descalzos al piso frío, tanteo las ojotas y camino al baño sintiendo que las piernas me pesan una tonelada. Me miro al espejo, no me encantan las ojeras que veo pero tampoco me preocupan demasiado. Me ducho.
7:28am. Estoy convencida de que me tengo que apurar un poco, pero no pasa. Mientras salgo del baño pienso como vestirme, me esfuerzo por ponerme algo cómodo, combinado y ¿por que no usar esa palabra que tanto me gusta? Simpático.
7:37am. Voy a la cocina a prepararme el desayuno. Prendo la cafetera, se que mamá me lo va a agradecer mentalmente cuando se levante en unas horas, galletas de arroz, queso blanco, mermelada y uvas en una compotera. Prendo la tele, pongo el noticiero, escucho sin mucha atención las ultimas noticias banales, repetitivas o sin sentido real y espero a que den el pronostico del día aunque ya lo vi en mi celular ayer. Termino el café con leche y las ultimas uvas, y guardo todo en su lugar. Dejo la taza en la bacha de la cocina y veo la pila de platos sucios que hay al lado. "Disculpen, familia querida", pienso "hoy los platos los lavan ustedes" y lavo mi taza, mi plato y mis cubiertos de desayuno.
7:54am. Voy a mi cuarto, seguida de ese perro que amo que me deja sola únicamente cuando entro al baño. Reviso que no me falte nada en la mochila. Me maquillo a medias, zapatillas, mochila al hombro, apago la luz y es hora de irme.
8:08am. Cruzo el umbral de la puerta de entrada y no puedo evitar sonreír y sentir como se me revuelve el estomago.
Tengo que pasar por una librería a comprar un cuadernillo, pero recién en unas horas. Paso por el quiosco y cargo la sube que obviamente esta en menos nueve y pico. Compro unos chicles de menta porque flasheo que me ayudan a controlar la ansiedad y suplico a la vida no ver pasar el bondi a media cuadra de distancia que no voy a llegar a correr a tiempo. Una vez en el bondi, me pongo los auriculares y pongo la radio en vez de solo música porque últimamente me hace sentir acompañada. Después de una hora y monedas llego a mi primer destino.
Tres horas mas tarde, salgo feliz, entusiasmada y con millones de cosas en la cabeza. Me tranquilizo y pienso que sigue en la lista del día. Cuadernillo, si, pero cuando me baje del subte. Encuentro un quiosco con cosas de librería apenas salgo de la boca del subte y me hace muy feliz. Creo que hoy son muchas cosas las que me hacen muy feliz. Decido entre rayado o cuadriculado, entre grande y chico, entre cartón y plástico, entre verde y azul. Mejor me compro los dos, pero cuadriculado, grande y de plástico.
Tres cuadras. Me quedo un rato en el parque porque todavía no es la hora. Almuerzo improvisado lo que pude comprar en el quiosco y miro el cielo, a la gente y a los arboles como si todo fuera diez veces mas lindo de lo que es. Mas de uno que pasa seguro me mira con cara rara o ni me mira porque tiene otras cosas en que pensar. Una vez adentro, busco mi aula y pregunto donde es la que tengo que encontrar dentro de dos horas para la siguiente materia. Llego a la puerta que me indicaron, hay tres personas esperando afuera y pregunto por las dudas si estamos todos para la misma materia. Me miran los tres, pero solo uno contesta que si. No puedo evitar hacer un paneo general instantáneo de que me imagino de ellos con solo verlos ahí parados, agradezco y me apoyo en la pared revisando mi celular mientras esperamos que se desocupe el aula. Sigue llegando gente, algunos hacen lo mismo que yo cuando llegue y otros solo llegan y se paran cerca del montón. Una vez adentro del aula, elijo un banco en el medio a la izquierda y espero.
Después de cuatro horas de clase, no estoy segura de que pienso, pero necesito charlarlo con alguien urgente. No hay tiempo. Todavía me queda una cosa por hacer y terminar este largo día.
4:26am. Me levanto de golpe y miro la hora creyendo que me quede dormida. Leo 4:26am. Miro la puerta y veo que no hay luz en el patio porque todavía es de noche. Voy al baño casi corriendo, me lavo la cara, me miro al espejo y pienso 4:26am. 4:26am. No me quede dormida, todavía tengo que dormir un par de horas más. Vuelvo a la cama y me acurruco pensando en el sueño raro que tuve porque la facultad la empece hace 7 meses ya y mi primer día no fue nada parecido a eso.

24.2.15

Adolescencia pura

Estoy bastante cansada. Me harte de jugar el rol de la "hija perfecta", la "nena perfecta". ¿Saben que? No soy perfecta, nunca lo fui y nunca lo voy a ser. ¿Me esforcé por lograrlo? Si que me esforcé. Pero como dije antes, estoy cansada, harta.
El máximo problema de los adultos es que con los años se olvidan lo que es tener nuestra edad. Ojala cuando tenga hijos no me olvide y es más, creo que escribo para eso, para no olvidar, para después poder encontrar en mis textos los recuerdos que se me vayan perdiendo.
Me hacen sentir sumamente arrogante cuando afirman y aseguran que estoy haciendo mal las cosas y yo no siento que sea así. ¿Por que no lo siento? ¿realmente esta todo tan mal? ¿estoy tan despistada como ellos dicen? No sé. Lo único que se o siento en este momento es que son unos egoístas. No se les ocurre venir a preguntarme que me pasa o en que estoy pensando mientras me olvido de las cosas que ellos quieren que me acuerde. Ser adolescente es una mierda. Una mierda. Y estar en mi situación en este momento, peor.
En un mes empiezo la facultad... ¿que? ¿tan rápido pasa el tiempo? ¿tan rápido hay que crecer? Quiero crecer, de verdad que si, pero que difícil que es. Y lo que mas me molesta es que no se ve a simple vista ese crecimiento. La inmadurez al parecer la notan al mas mínimo error que uno comete, pero notar la madurez les cuesta un infinito. Me odio por estar escribiendo esto como si fuera un diario intimo pero no encuentro otra salida. Son las dos de la mañana, la persona con la que querría hablar en este momento y que se que me podría ayudar esta muy lejos ahora y no puede hacerlo. Y mañana... mañana va a ser otro ida y voy a estar mejor.
Las comparaciones... me enferman. ¿Porque siempre nos comparan con nuestros hermanos? En serio. Entiendan que uno puede no parecerse a su hermano aunque compartan los mismos padres y esta mas que claro que si quieren encontrar similitudes lo pueden hacer porque se supone que crecimos en la misma casa, pero, de verdad, noten las diferencias ademas de las similitudes.
Un psicólogo. Eso es lo que necesitan. Habiendo tantos en el mundo y en este país particularmente, no se como no se buscaron uno todavía. Un lugar donde descargar energías, eso también les vendría bien. Ocuparse un poco mas de ellos mismos y dejarnos a nosotros ocuparnos de nosotros mismos. Ya estamos grandes aunque no quieran verlo o admitirlo y busquen cualquier excusa para demostrarnos lo contrario. Pero si yo estoy pensando esto... ¿en serio nunca se les cruzo por la cabeza algo así? Casi que no existen los nuevos pensamientos. Es una forma de decir pero es real que no es una genialidad lo que estoy diciendo y por eso no entiendo como a nadie se le ocurrió inculcárselo a cada futuro padre de esta tierra. Si, los padres evolucionaron a lo largo de los años y nosotros los hijos también, pero de eso se trata, de evolucionar, de cambiar, de adaptarse a la nueva vida en la vivimos. Y es una realidad, hoy por hoy, los adolescentes necesitamos que los padres nos dejen mas tranquilos que hace 50 años atrás.

21.2.15

Palabras

Hoy por hoy no hay ningún vos presente. Si lo pienso bien, creo que nunca lo hubo y no vale la pena ponerme a enumerar y explicar porque me equivoque cada vez que te escribí pensando que lo eras. Ojalá algún día pueda escribirte. Ojalá algún día encuentre las palabras para escribirte. Ojalá algún día te encuentre. Pero, ¿qué? ¿Qué hago pensado así? Desde cuando te quiero encontrar? No, no y no. Prefiero que aparezcas y punto, que me des tiempo a preocuparme por cosas más importantes que vos y esta más que claro que todo es más importante... Hace poco leí algo que me hizo pensar ¿que pasaría si muero mañana? Creo que la infinidad de cosas que se me cruzaron por la cabeza que todavía no hice no te incluía ni por una milésima de segundo. Pensé en mi carrera, en mi pasión, en mis amigos, en mi familia, en cosas que todavía no pasaron, pero justo en vos, no. ¿Y que pasa si lo estoy pensando ahora? Definitivamente, vos no estás en esa lista. ¿Como es posible que escriba tanto sobre este asqueroso tema si creo tan poco en él? No, no, no. En mi cabeza hay muchas cosas más.

Un mes. Ya paso un mes y no estoy segura de como me hace sentir eso. No se porque esta vez es diferente, pero algo cambio. Confío en que todo va a seguir como siempre, solo que nos cambiamos de lugar por un rato. En definitiva, a esto le dicen crecer y creí que ya habia atravesado situaciones parecidas hasta que te fuiste. No me permito llorar porque si no parece que estoy pasando un duelo y no es así. Le dimos una vuelta rara a la relación, pero nada más, nada se rompió, nada se perdió, nada se termino. Se que van a doler mucho todas las veces que nos separemos, porque ya se que se siente, pero confío en que las vamos a ir superando como todo hasta ahora. Si me pongo a pensarlo, no se ni como llegamos a la relación que tenemos, pero si se que un día se no hizo indispensable hablarnos todos los días y mantenernos al tanto de todo lo que pensabamos o soñabamos. Si me hago un rato la cursi creo que en el momento en que sentimos la confianza para revelarnos nuestros sueños, metas u objetivos a cumplir, hicimos algún pacto inconsciente en el que juramos que la otra se enteraría del paso a paso de esos sueños y eso es lo que nos mantiene unidas todavía. Esta claro que con el tiempo empezamos a soñar juntas y ahí fue cuando no necesitamos conocernos mas porque empezamos a vivir para la otra. Considero que nos costo poco darnos cuenta de lo bien que nos hacia estar juntas y por eso hoy nos duele esto. Cuando una relación se basa en admiración, confianza y cariño no hace falta preguntarse cuanto va a durar o que clase de relación es. Y cuanto mas rápido se den estas tres cosas, mas fuerte es el vinculo que se crea. Y no me alcanza la voz para gritar lo feliz que me hace que nosotras nos hayamos encontrado una a la otra. No dudo un segundo de que esto es para siempre y no me preocupa en lo mas mínimo el tiempo que podamos estar sin vernos. Para mi un amigo no se hace con visitas, sino con palabras y las palabras pueden manifestarse de diferentes formas. Deseo que nunca se me terminen las palabras para seguir construyendo esto día a día y que nunca te canses de escucharme o buscar vos también las palabras necesarias. Te quiero sin principio ni fin.

19.2.15

Hace algunos años atras.

Me despierta una voz casi propia. Poco a poco, las dulces palabras que escucho me sacan del lindo mundo por el que estoy paseando. Me siento calentita pero se que si salgo de debajo de la colcha voy a sentir el frío de la habitación que no refleja ni la mitad del frío del exterior. Me siento en la cama o me sientan mejor dicho, todavía tengo los ojos cerrados y no se porque me están molestando de tal manera. Bostezo, apoyo los pies justo en las pantuflas y camino involuntariamente hacia el baño guiada por los brazos que alguien me sostiene. Sentada en el inodoro empiezo a entender que pasa. Es lunes, mamá me esta preparando el desayuno, afuera es invierno, el micro escolar pasa en 10 minutos y las vacaciones terminaron.
El agua de la canilla sale muy fría, así que apenas me mojo las puntas de los dedos indices para repasarme el contorno de los ojos y sacarme la lagaña que se que se ve poco estética e higiénica. Salgo y corro los cinco pasos que tengo desde la puerta del baño a la de mi cuarto. Empiezo a elegir que ropa voy a usar ese día, mas pensando en no pasar frío que en la combinación de colores. Mamá empuja la puerta con un pie porque en una mano lleva una taza y en la otra un plato. En 5 segundos le pido que se apure a cerrar la puerta porque entra aire frío desde el pasillo que separa mi cuarto de la cocina y ella me dice que me apure porque en 5 minutos va a sonar el timbre. Me desespero un poco por dentro pero conservo la calma por fuera, cosa que no deja muy tranquila a mamá que se va dando un portazo. No se si por enojo o porque esa puerta solo cierra bien con la fuerza adecuada. La tele esta encendida en el canal de noticias, me hipnotizo 1 minuto y me acuerdo que ya me queda muy poco tiempo antes de que llegue el micro, así que miro rápido cuantos grados hacen, exactamente 4°C. Analizo rápido que ponerme y ahora si que no pienso ni un segundo en los colores. El guardapolvo esta en el armario y lo se porque ayer mamá me lo dio planchado para que lo guarde. Cuando estoy por sacarlo me doy cuenta de que no le di ni un sorbo a la chocolatada de la taza que mamá apoyo sobre la mesa ratona y menos que menos un mordisco a la tostada con queso blanco y mermelada que esta al lado. La hora, en 1 minuto debería sonar el timbre. La mochila esta lista desde anoche, me tomo la chocolatada en 4 sorbos muy grandes, todavía tengo que lavarme los dientes, me olvido de la tostada, corro al baño y después de dos cepilladas suena el timbre. Mamá golpea la puerta, escupo rápido, me enjuago muy mal y salgo antes de que pueda decirme algo. Tengo una combinación de menta y chocolate en la boca que no se parece en nada al helado de menta granizada, mas bien me da algo de nauseas. Ahora si, me pongo el guardapolvo muy apurada, no cierro los botones, mamá me mete la campera bajo el brazo y me dice que me la ponga cuando suba al micro. Agarro una bufanda que elegí mentalmente mientras pensaba que mas me faltaba hacer antes de salir. Llego a ponerme un poco de perfume mientras mamá me grita algo que no termino de escuchar. Ya esta en la puerta con mi mochila y mi vianda en la mano esperando a que yo me digne a querer salir aunque en realidad este tardando tan solo 2 minutos más. Abro la puerta corrediza que separa el pasillo del patio y el frío me pega placenteramente en la cara, en el cuello y en las manos y tengo suficiente ropa en el resto del cuerpo para soportar el tramo hasta el micro. El timbre vuelve a sonar mientras llegamos a la puerta principal y pienso que la conductora no esta teniendo un buen día. Su ayudante me recibe con mala cara, recordándome que me tengo que apurar mientras saluda a mi mamá y le desea buen día. Me encantaría poder decirle que debería entender que son las 7 de la mañana y que a cualquiera le cuesta levantarse a esta hora y a una persona de mi edad más y recién vuelta de las vacaciones mas aún, pero solo asiento con la cabeza sin mirarla demasiado a la cara.
Cuando subo, la conductora me saluda de muy buena manera y eso me hace sonreír. Tenemos el mismo nombre y por algún motivo creo que eso me hace mas especial que muchos de los que viajamos en este micro. Subo a mi lugar de siempre, ultimo asiento, ventana, todo el pasillo en frente liberado y la rueda para apoyar los pies porque mi altura me impide llegar al suelo y es algo que me incomoda bastante.
El movimiento del vehículo aumenta mis antes pequeñas nauseas pero lo olvido a los pocos minutos porque me quedo dormida.
Cuando me despierto estamos a la vuelta de la escuela asi que me obligo a no dormirme otra vez. Bajo última y la panza me hace ruido. Entro a la escuela, huele como siempre, a humedad con pisos limpios. Ese olor que tienen los espacios grandes y vacios como este, el patio interno, en invierno siempre formamos adentro. Hay bastantes chicos esparcidos en filas desprolijas por todas partes, encuentro la mía y saludo a mis amigas con las que no me veo ni me hablo hace dos semanas. Nos abrazamos con cariño, nos recordamos cuanto nos extrañamos en ese tiempo y ya estamos comentando sobre lo paso en los 15 minutos que llevamos de clases. Con los chicos no nos saludamos, son varones y no nos importan demasiado. Me siento sobre mi vianda mientras hablo con mi mejor amiga, esperando a que se acerque nuestra maestra a decirnos que tenemos que formar correctamente. Uno de los chicos pasa por al lado mio y me toca el hombro como llamándome, me doy vuelta para ese lado y resulta que se fue para el otro. Me muerdo el labio de abajo y revoleo los ojos mientras mi amiga se ríe.
Formamos, suena el himno, se iza la bandera, seguimos intercambiando risitas con alguna que otra mirada fulminante de parte de la maestra y ya nos mandan a los salones. Nos vamos en en fila que se desarma en el camino. El aula huele a tiza y a frío porque esta claro que a nadie se le ocurrio prender la estufa antes de que lleguemos. Decido que la primer hora me voy a dejar los guantes puestos porque tengo las manos congeladas.
Otra vez, voy a mi lugar de siempre, mi mejor amiga se sienta conmigo pero las dos sabemos que va a ser temporario, hasta que la maestra se de cuenta y decida asignarnos un compañero. Como la maestra tarda en venir nos alborotamos un poco y seguimos contándonos cosas sobre las dos ultimas semanas, esta claro que no hablamos temas mucho mas profundos o interesantes que quien se fue de vacaciones y quien no, quien fue al cine, quien durmió mucho o poco y cuantos hicimos la tarea. Acordamos no decir nada de la tarea a menos que la pidan y dos o tres no dicen nada. Sabemos que son esos los que van a buchonear. Yo la hice, pero nunca me gusto hacerles quedar mal a los otros.
Entra la maestra y el silencio es instantáneo. La verdad es que esta mujer no nos cae nada bien y tenerla de enemiga no es una buena elección. Se queja del frío y alguien le informa que ya prendieron la estufa. Quiere ponerse a escribir en el pizarron y cuando nota que no tiene tizas manda a una de sus alumnitas preferidas a buscar. La verdad es que yo a veces también voy, pero con otros maestros, ella no me cae nada simpática y creo que en el fondo lo sabe. Los extrañe, extrañe todo esto y estoy feliz de que empiece de nuevo.