24.9.14

Amar el amor. Odiar el odio.

Amar, odiar. Querer, detestar. Gustar, despreciar. 

El olor a tierra mojada. Olor a café recién hecho. Los besos en la mejilla reales. Que me abrasen con cariño. Regalar sonrisas a los niños para que también me regalen una. Bailar. Captar la energía positiva de otra persona. Las promesas que se cumplen. Recordar olores. La leche con miel. La fusión de los cuerpos de las parejas de Tango. Escuchar música y poder contar los compases. Los pies descalzos sobre el piso frío. El aire fresco. La lluvia. El arte. Cantar de a dos. Las rutas. Las montañas. Sentir adrenalina. Las espaldas. Reírme. Ver y escuchar como tocan el piano. Las cartas que se escribían antes. Que me suene la espalda. Hacer reír a la gente. Aprender. Que me elogien cosas por las que me esfuerzo. La amistad. Los reencuentros. Los masajes. Gritar. Susurrar. Los festejos de Año Nuevo. Hacer planes. Los parques. El mate. Las madrugadas. Las voces que suenan y te envuelven. Los labios. La nostalgia. Los comienzos. A la gente apasionada. Las palabras. Las caminatas. A mi perro Rumpel. Las mandíbulas cuadradas. Las tradiciones culinarias que se repiten por generaciones y generaciones. Cumplir años con números pares. Las canciones de cuna. Las lunas llenas. Los laberintos.

El odio.

Respuestas. Cumplir objetivos. Una casa en Bariloche. Una biblioteca grande, llena de libros por leer. Cuatro hijos. Viajar. Un grupo de amigos que se quede conmigo para toda la vida. Un reloj de bolsillo. Que mi alma nunca deje de hablar con los pies. Aprender a tocar algún instrumento. Un arito de coco. Una bicicleta. Una semana con diez días o días con treinta horas. Conocer Italia. Saltar de un avión con paracaídas. Escribir un libro. No aburrirme nunca.

La falta de voluntad. Las mentiras. Los reproches. Los celos. Las distancias. Las despedidas. Las apariencias que engañan. La suciedad. La mala educación. Las faltas de respeto. Los deportes de lucha. El fanatismo. El ego. Los problemas de autoestima. Que me transpiren las manos sin motivo. Dormir demasiado. Los dolores de cabeza. Las heridas superficiales. La humedad. Las almas viejas. Depilarme. Hacer cálculos. La sangre. Las vacunas. La sal en exceso. Extrañar. Las mentes cerradas. Los silencios incómodos. Generalizar. La arena por todos lados después de un día de playa. Las películas de terror. La hipocresía. La enfermedad. Ir al dentista. La imposibilidad de tener posibilidades. El estrés. Los tabús. A los "cabeza dura". La burocracia.

Que me rasquen la espalda. Morderme los labios. Dormir con medias y despertarme con una sola o con ninguna. Las personas que chasquean los dedos fuerte. El té que calma los nervios. Jugar con mis dedos. La pizza. Las nubes. Los anillos. Los perros. Los artistas. El mango. Cocinar. Tejer. Hacer macramé. Ser inquieta. Las chimeneas. Las escuelas. Los trayectos en auto. Conocer gente. Las flores. El helado. Las brújulas. Las clavículas. El pelo corto. El color verde. Las fotos. Los libros. Los maestros. Los puentes. Las postales. Los barcos. La expresión "huesito dulce" que hace referencia al coxis. Los dedos pulgares en alto. Saludar con la mano fervientemente. Acariciar una espalda en medio de un abrazo. Las suricatas. Aprender a comer cosas nuevas. Enseñar sin esfuerzo. El orden y la limpieza. Que no me chupe un huevo lo que piensa el resto. Las frases épicas. Los aros en las orejas. La gente a la que "le queda bien" un cigarrillo en la mano. Los "hasta luego". Brindar. La Navidad. Improvisar. Quedar satisfecha con lo que escribo. Las discusiones. La familia. Las calesitas de las plazas. Los morrales. Los cantos de pájaros. Las cremas corporales. Los perfumes. El viento. Los ojos. Ordenar. La libertad. Pintarme las uñas. Las bufandas. Menta y chocolate. Los finales. Los actores natos. Las buenas acciones desinteresadas. Las mudanzas. Los zapatos. Exagerar. La introducción del himno argentino. Las agendas. Ser zurda. La ironía. Los desayunos de domingo. Los mozos simpáticos. La diversidad de etapas que tiene la vida. El concepto de personalidad. Los destinos.

Los mocos. La superioridad. Las lagañas. El olor a transpiración. Las cosas podridas. Los estornudos en el subte. Los bondis llenos. La ropa incomoda. La celulitis. Las vidas virtuales. La gente garca. Las presiones sin sentido. El calor. Los viejos que no esperan otra cosa que morirse. Las quejas. El mal aliento. Las serpientes. Las comidas extremadamente grasosas. Los grupos elitistas. La negatividad. El machismo tanto como el feminismo. La Iglesia. Echar culpas. Cuestionar defectos.

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