Siempre igual. Y obvio que me encanta generalizar porque contando estas experiencias en tiempo y porcentaje a mi edad no se le puede adjudicar un siempre a la oración.
Tal vez es eso que me dicen todos. "No es ahora porque no tiene que ser" y juro que me encantaría creerlo pero no, lo único que pienso es que seguro estoy condenada a vivir de esta forma toda la vida...
Que difícil que es, porque puedo imaginarme cualquier cosa, pero nunca pasa exactamente como imagino. A veces creo que el universo se pone de acuerdo para poner malas situaciones una atrás de la otra, pero ubicadas en una cronología en la que terminan una casi encima de la otra. Si yo la pase mal, no me imagino como la debes estar pasando vos... Siempre me dije que antes que la felicidad de alguien mas, me iba a preocupar por la mía, pero en este momento no puedo evitar pensar en como estarás. No imagino porque, porque no llegamos a nada, al menos yo, no pude gozar del disfrute del querer a una persona. Se que nunca voy a saber que te paso a vos realmente, pero son esas cosas que es mejor no saberlas.
Estuve a punto de dejarme llevar por la lastima y después me acorde de lo mala que es. Es uno de los peores sentimientos que se pueden tener y vos mismo lo dijiste usando esa frase tan trillada pero que es como mi segunda filosofía de vida después de "la verdad mas real es la que uno decide creer". Pensé muchas veces, incontables veces, si me estaría equivocando en lo que hacia. Pero algo seguía empujándome a hacerlo. Todos dicen que es lo mejor y yo también lo pienso. No puedo decir que duele, porque no es así, pero molesta, y mucho.
Me aterra pensar en cuantas veces durante la vida voy a pasar por cosas así y ¡que horrible! porque sentía que el corazón se me iba a salir por la boca. No se si eran las emociones por las que estaba pasando, lo agitada que estaba por casi correr siete cuadras mientras me mojaba, o mi maldita costumbre de no respirar ante la tensión. Sentir como el corazón se te pega al pecho no es nada lindo, así que ojala el amor no se sienta así.
Aceptar que ya pasó me hace bien. Sí, pasó y no me arrepiento, pero menos me arrepiento de que haya terminado, aunque es raro que hayamos podido darle un final a algo tan insignificante. Yo le di un final y yo creo que fue insignificante, no se que crees vos y espero nunca enterarme. Las cosas se me simplifican mucho cuando no se que piensa la otra persona. Es más fácil lidiar con los pensamientos de uno mismo. Quiero decir, ya es difícil tratar con nuestra propia mente y si además le sumo entender, analizar y relacionarla con la mente de otra persona, creo que podría enloquecer. Por eso hay cosas que prefiero nunca saber. Creo que cuanto menos sabemos, menos pensamos y menos nos preocupamos, pero eso me lleva a pensar que nos gusta la preocupación, la buscamos, nos gusta sentirla y hasta nos gusta sentir la preocupación de alguien más sobre nosotros. La preocupación medida es sana, como todo. Cuando encontramos esa molestia por alguien más, se despiertan muchos sentimientos que antes tal vez no teníamos en cuenta. La preocupación le da la importancia justa al suceso o persona. La preocupación que enloquece es peligrosa. Pone en peligro al preocupado y al involucrado. Pocas cosas son mas incomodas que sentir la preocupación de alguien mas y no poder hacer nada al respecto por librarlo de ese sentimiento. Ves? Vos no me preocupas. De vez en cuando te pienso, pero no me preocupa que pensás o como estas pasando este tiempo de no hablarnos. Muchos se sorprendieron de que no hayamos vuelto a hablar después de eso, pero me parece que fui clara con lo que te dije, y estuve segura de lo que hacia porque nunca se me cruzo por la cabeza querer volver el tiempo atrás. Si hay algo de lo que estoy feliz en mi vida es de eso. Muy pocas veces me torture con el pensamiento de volver hacia atrás, muy pocas veces me arrepentí realmente de algo que hice.
Hoy leí una frase que decía "cuando estoy despierta, no quiero irme a dormir y cuando estoy durmiendo no me quiero despertar. ¿Será porque siempre amo lo que hago?" Me pareció genial. Una manera muy simple de definir algo tan complejo y últimamente mis días se tratan de eso. Encontrarle la simplicidad a las cosas complejas, o no inventarle complejidad a las cosas simples. Es extraño, porque siempre me atrajeron mas las cosas complejas que las simples y ahí entras vos. Me contaron que sos una persona simple, "básica" en términos mas duros, pero a mi me parece todo lo contrario. Desde el primer día te vi algo que me dio vuelta la cabeza. Y cuando me convencí de que no era así, te paraste en la misma vereda que yo. (¿Que hago usando metáforas comparativas tan berretas? No sé, pero no se puede definir explicitamente que te pasó).
Tenes una mirada que podría enloquecer a cualquiera. Profunda, pícara, incomoda, expectante. Creo que esa fue una de las primeras cosas que lograron que fijara mi atención en vos. Me hago la indiferente, pero porque se que no tiene que pasarnos nada y sin embargo cada mínima interacción, me da vueltas en la cabeza por tiempo indefinido.
1.12.14
20.11.14
Andando, cambiando, queriendo
Es dificil querer. Pero creo que mas dificil es dejarse querer. Si no aceptamos querernos nosotros mismos no tiene sentido que alguien mas pueda querernos. No encuentro el porque de tu querer, de tu gustar o tu simplemente. ¿Como alguien puede querer algo que esta en pleno cambio, algo que trabaja en mejorar y cambiar?. Pero, ¿para que? ¿para que cambiamos? ¿para cuando llegue ese alguien a quien si le dejemos querernos?. No. Cambiamos porque queremos, cambiamos por nosotros, no por ellos. Hace falta querer? Digo, se puede tener una relación sin la necesidad de involucrar ese tipo de sentimientos, pero... se podrán evitar? Se puede elegir querer o no querer o simplemente se quiere o no? Preguntas, siempre preguntas. Lo pienso y pienso que estoy harta de tantas preguntas. Pero es mentira. Lo pienso porque queda bien pensarlo, porque si me quejo de algo significa que ya estoy harta de eso. Pero, no es así. No estoy harta, me gusta tener preguntas nuevas o las mismas algo reformuladas todos los días de mi vida. Me hace saber que sigo pensando, que mi cabeza sigue funcionando y que triste va a ser el día que deje de hacerlo. Y me propongo nunca llegar a ese día. Me propongo no ser como muchos abuelos que conozco y también me propongo ser como muchos que conozco.
Me cuentan que hace unos bastantes años atrás, "porque?" Era mi palabra favorita. Considero que sigue siéndolo y sonrió al ver que entre tantos infinitos cambios, algunas cosas no cambiaron, ni van a cambiar.
Me cuentan que hace unos bastantes años atrás, "porque?" Era mi palabra favorita. Considero que sigue siéndolo y sonrió al ver que entre tantos infinitos cambios, algunas cosas no cambiaron, ni van a cambiar.
8.10.14
Nardos en flor
Entre medio del grupo grotescamente grande de personas, sintió su presencia. No hizo nada para demostrar que había captado su atención y siguió sumergida en la actividad que estaba desempeñando en ese momento. Sintió su mirada buscándola y mas se encontró intentando mostrarse desinteresada. Un fuego inexplicable ardía en su interior, pero se esforzaba por apagarlo. Cuando empezó a sentir que no podría sostener mas ese personaje, palpo su mano a muy poca distancia de su cintura justo cuando se volteaba para ir a su encuentro. Como si el mundo se hubiese detenido por un instante, sus ojos se fusionaron en una sola mirada. Sin omitir palabra alguna, sin mantener ningún contacto físico, ambos se dirigieron en la misma dirección. La música sonaba, las parejas seguían desempeñando su rol y ellos permanecían inmóviles. Algo apartados del grupo central, solo se miraban.
Es difícil describir que se veía desde donde yo estaba observándolos y no sabría contar los minutos exactos que permanecieron en esa misma posición. El mundo giraba a su alrededor, pero ellos no se inmutaban. Ella, etérea. Él, compacto. Se comunicaban a través de los ojos, y se que lo hacían, no por lo que paso luego, sino que se podía observar perfecta la energía que creaban en el espacio de centímetros que los separaba uno del otro. Cualquier otra descripción que pueda dar de la situación es mas que superficial. Ella lucía como la mujer que cualquier hombre desearía poseer, pero no por una simple noche, para el resto de su vida. Sus cabellos caían sobre sus hombros con tanta delicadeza que por muchos segundos me hizo imaginarme hundiendo mi rostro en ellos. Sus brazos, finos pero firmes, ¡ay! cuanto deseaba ser tocado por las manos que estaban en esos brazos. Las curvas de su torso y sus caderas, parecían guardar un secreto en cada ángulo. Sus piernas, simplemente comparables con los tallos de las rosas mas bellas, pero mas llenas de espinas que cualquier otra flor.
En el instante perfecto, logré captar la intensidad de energía que estaba buscando hace tanto rato. Su mano sobre la mía. Mi brazo en su espalda y su pecho hundido metafóricamente en el mío. Sus piernas me oían, su torso me oía y hasta creo que su corazón lo hacia. Se entregó a mí así como yo me entregué a ella. No había comandante, ni comandado. Eramos tan solo nosotros dos. Conversando. Sintiendo. Bailando. Amando.
Es difícil describir que se veía desde donde yo estaba observándolos y no sabría contar los minutos exactos que permanecieron en esa misma posición. El mundo giraba a su alrededor, pero ellos no se inmutaban. Ella, etérea. Él, compacto. Se comunicaban a través de los ojos, y se que lo hacían, no por lo que paso luego, sino que se podía observar perfecta la energía que creaban en el espacio de centímetros que los separaba uno del otro. Cualquier otra descripción que pueda dar de la situación es mas que superficial. Ella lucía como la mujer que cualquier hombre desearía poseer, pero no por una simple noche, para el resto de su vida. Sus cabellos caían sobre sus hombros con tanta delicadeza que por muchos segundos me hizo imaginarme hundiendo mi rostro en ellos. Sus brazos, finos pero firmes, ¡ay! cuanto deseaba ser tocado por las manos que estaban en esos brazos. Las curvas de su torso y sus caderas, parecían guardar un secreto en cada ángulo. Sus piernas, simplemente comparables con los tallos de las rosas mas bellas, pero mas llenas de espinas que cualquier otra flor.
En el instante perfecto, logré captar la intensidad de energía que estaba buscando hace tanto rato. Su mano sobre la mía. Mi brazo en su espalda y su pecho hundido metafóricamente en el mío. Sus piernas me oían, su torso me oía y hasta creo que su corazón lo hacia. Se entregó a mí así como yo me entregué a ella. No había comandante, ni comandado. Eramos tan solo nosotros dos. Conversando. Sintiendo. Bailando. Amando.
Preguntas sin fin
Me siento. Piernas en posición de rana, indio, mariposa, da igual. La taza de té entre lo pies. La piel callosa de los talones no me deja sentir la verdadera temperatura. Mas arriba, en el arco del pie, una de las zonas mas sensibles del cuerpo a mi humilde entender. Esa que no toca nunca el piso a menos que tengas pie plano, que no es mi caso. Esa que te hace estremecer de cosquillas todo el cuerpo si la acarician. Esa que se quema con la arena caliente de la playa. Esa parte, si siente el calor de la taza. Me quema, pero después de unos minutos ya no. Me acuerdo de la sensación de quemarse con arena. Hago una mueca, no se si por eso o por el sabor amargo del chocolate en el paladar. Claro, chocolate amargo, sin ningún agregado de azúcar, ¿como no torcer la cara? Vos. ¿Porque apareces de repente? Y me pregunto esto y ya no se quien es ese vos, no se si sos vos, o él que sos vos, o ese otro vos. Té de hibisco. Me lo ofrecen y lo acepto sin tener una mínima una idea de que es o de que forma tiene esa planta. Supongo que es una planta. Me lo venden como la solución para adelgazar. Quema grasas, reduce el apetito y mejora la celulitis. Si llega a funcionar, voy a sentir que pase por un afecto placebo mas que por la solución de mi vida para tener el cuerpo que quiero. Me aborrece pensar cuando fue que empece a pensar algo tan patético como "el cuerpo que quiero". Pero es asi, esta soy yo, y no espero cambiar. Que cosa asquerosa la celulitis, a quien se le habrá ocurrido inventarla, ¿no?. Otra vez vos, pero ahora si se cual de los voses sos. Lo que no se es porque apareces. Nadie te llamo, nadie te nombro, simplemente decidís interrumpir mis pensamientos de mina que odia su imagen corporal. ¿Sera porque se me ocurre que algo de esa imagen que tanto odio a vos te gusta? y ¿porque si yo la odio a vos te gusta? ¿la odio realmente?. Creo que no. Al menos no ahora. Pero uno nunca termina de estar conforme con nada de lo que es propio. O al menos yo. Generalizar. No se puede hablar sin generalizar. Si tengo que andar pidiendo disculpas por cada vez que adjunto como universal un termino personal, perdería el real significado de la palabra. "Perdón pedile al de arriba". No se porque se me dio por no nombrarlo. "Si lo nombras, te encariñas de él".
Ya que es, ya se que te llama. Mañana. Hoy. Ayer. Mañana. Si, mañana. ¿Que tan importante será para vos? ¿es importante para mi?. La palabra importante ¿siempre es usada con la importancia que requiere?.
No se porque pienso que va a estar bien. Sea lo que tenga que ser va a estar bien. ¿Como hago para imaginarme todo lo que me imagino, si ni siquiera pasamos por el mañana?
Me apreto la muñeca. Me duele, debe ser porque me la estoy apretando. La rodeo con mi dedo pulgar y mi dedo medio. Me acuerdo de la charla de nutrición que nos dieron en sexto grado. Guardapolvos blancos, caras expectantes, aburridas, indiferentes. Un salón de actos. Del colegio vecino. Pero ya no me acuerdo cual porque teníamos dos colegios muy cercanos. Un doctor, nutricionista supongo, nos hablaba de como comer supongo. La realidad es que me acuerdo de una sola cosa. Nos "enseño" como descubrir si estamos excedidos o no de peso. Y así se hacia. Dedos medio y pulgar al rededor de la muñeca. Si lograban tocarse, peso normal. Si se sobrepasaban, bajo peso y si no llegaban, exceso de peso. Creo que esa fue la primera vez que tome conciencia en temas al respecto. Una compañera, que era sumamente evidente a los ojos que tenia sobre peso, hizo la "prueba" que nos recomendó el doctor subido al podio del salón de actos y se apretó la muñeca con mucha fuerza para juntar sus dedos. Algo significo eso para mí, todavía no se que fue, pero que haya quedado grabado en mi cabeza por tantos años debe tener algún significado.
Varios años después, comente el "test casero" en un grupo de personas, de los cuales varios tenían serios problemas de alimentación, pero de los que yo no sabia nada en ese momento. Al ver que a todos se nos sobrepasaban los dedos, una de las chicas defendió que seguramente dependía del largo de los dedos de cada persona. Supongo que para auto convencerse de que no estaba baja de peso y que tenia que seguir haciendo lo que hacia con su alimentación.
Esas cosas. Esos momentos que quedan fotográficamente guardados en mi cabeza, son los que me gustaría borrar. Son los que ocupan espacio sin sentido. "Los conocimientos no ocupan espacio en el cerebro". ¿Y los recuerdos? ¿ocupan espacio? ¿donde? ¿como hago para borrar un recuerdo?.
Me duele el cuello o los hombros. Me quiero recostar, pero no quiero dejar de escribir. En vez de estudiar, escribo. Me gusta estudiar, pero escribo. Escribo porque quiero, no porque puedo. ¿Que seria de mi vida si no supiera leer o escribir? Me cuesta creer que haya personas en esta vida que aun no gocen de ese derecho. Me sorprende como después de tantos años de humanidad, avances tecnológicos del día a día, haya gente que no tenga la oportunidad de saber leer y escribir. Y se trata de eso. Oportunidades. Que difícil es saber que la vida depende de las oportunidades que deciden o no presentarse. ¿Se podrán buscar las oportunidades o serán algo como el destino, que es o simplemente no es?. Y realmente si las cosas en esta vida son o no son, ¿porque no podría existir el destino de la misma forma, siendo o no siendo?
Ahora, veamos a quien le podemos atribuir el escribir el destino, o a quien le podemos echar la culpa por condenarnos a nuestro destino. Y así nacen las diferentes religiones que copan este mundo. En cierto punto creo que la literatura fue evolucionando y creando una modalidad de escribir ficción para demostrarle a las personas que eso que creen como poder divino, pudo ser escrito por un hombre sin duda alguna. La guerra eterna entre la ciencia y la fe. ¿Sera una guerra o estarán unidos para que realmente los humanos nunca sepan de donde provienen? Se me ocurre compararlo con algo. Tal vez cruel o sin demasiada similitud, pero yo creo que se asemejan lo suficiente. Un niño raptado que es adoptado por una familia. Crece, se entera de la verdad pero decide no buscar a sus padres biológicos por miedo a enterarse de algún error que haya cometido su familia adoptiva en el momento de convertirlo en propio. Si los humanos llegaran a descubrir de donde provienen, ¿seguirían creyéndose tan maravillosos como se creen? ¿que creerían de su "creador" o de su lugar de procedencia?.
Ya que es, ya se que te llama. Mañana. Hoy. Ayer. Mañana. Si, mañana. ¿Que tan importante será para vos? ¿es importante para mi?. La palabra importante ¿siempre es usada con la importancia que requiere?.
No se porque pienso que va a estar bien. Sea lo que tenga que ser va a estar bien. ¿Como hago para imaginarme todo lo que me imagino, si ni siquiera pasamos por el mañana?
Me apreto la muñeca. Me duele, debe ser porque me la estoy apretando. La rodeo con mi dedo pulgar y mi dedo medio. Me acuerdo de la charla de nutrición que nos dieron en sexto grado. Guardapolvos blancos, caras expectantes, aburridas, indiferentes. Un salón de actos. Del colegio vecino. Pero ya no me acuerdo cual porque teníamos dos colegios muy cercanos. Un doctor, nutricionista supongo, nos hablaba de como comer supongo. La realidad es que me acuerdo de una sola cosa. Nos "enseño" como descubrir si estamos excedidos o no de peso. Y así se hacia. Dedos medio y pulgar al rededor de la muñeca. Si lograban tocarse, peso normal. Si se sobrepasaban, bajo peso y si no llegaban, exceso de peso. Creo que esa fue la primera vez que tome conciencia en temas al respecto. Una compañera, que era sumamente evidente a los ojos que tenia sobre peso, hizo la "prueba" que nos recomendó el doctor subido al podio del salón de actos y se apretó la muñeca con mucha fuerza para juntar sus dedos. Algo significo eso para mí, todavía no se que fue, pero que haya quedado grabado en mi cabeza por tantos años debe tener algún significado.
Varios años después, comente el "test casero" en un grupo de personas, de los cuales varios tenían serios problemas de alimentación, pero de los que yo no sabia nada en ese momento. Al ver que a todos se nos sobrepasaban los dedos, una de las chicas defendió que seguramente dependía del largo de los dedos de cada persona. Supongo que para auto convencerse de que no estaba baja de peso y que tenia que seguir haciendo lo que hacia con su alimentación.
Esas cosas. Esos momentos que quedan fotográficamente guardados en mi cabeza, son los que me gustaría borrar. Son los que ocupan espacio sin sentido. "Los conocimientos no ocupan espacio en el cerebro". ¿Y los recuerdos? ¿ocupan espacio? ¿donde? ¿como hago para borrar un recuerdo?.
Me duele el cuello o los hombros. Me quiero recostar, pero no quiero dejar de escribir. En vez de estudiar, escribo. Me gusta estudiar, pero escribo. Escribo porque quiero, no porque puedo. ¿Que seria de mi vida si no supiera leer o escribir? Me cuesta creer que haya personas en esta vida que aun no gocen de ese derecho. Me sorprende como después de tantos años de humanidad, avances tecnológicos del día a día, haya gente que no tenga la oportunidad de saber leer y escribir. Y se trata de eso. Oportunidades. Que difícil es saber que la vida depende de las oportunidades que deciden o no presentarse. ¿Se podrán buscar las oportunidades o serán algo como el destino, que es o simplemente no es?. Y realmente si las cosas en esta vida son o no son, ¿porque no podría existir el destino de la misma forma, siendo o no siendo?
Ahora, veamos a quien le podemos atribuir el escribir el destino, o a quien le podemos echar la culpa por condenarnos a nuestro destino. Y así nacen las diferentes religiones que copan este mundo. En cierto punto creo que la literatura fue evolucionando y creando una modalidad de escribir ficción para demostrarle a las personas que eso que creen como poder divino, pudo ser escrito por un hombre sin duda alguna. La guerra eterna entre la ciencia y la fe. ¿Sera una guerra o estarán unidos para que realmente los humanos nunca sepan de donde provienen? Se me ocurre compararlo con algo. Tal vez cruel o sin demasiada similitud, pero yo creo que se asemejan lo suficiente. Un niño raptado que es adoptado por una familia. Crece, se entera de la verdad pero decide no buscar a sus padres biológicos por miedo a enterarse de algún error que haya cometido su familia adoptiva en el momento de convertirlo en propio. Si los humanos llegaran a descubrir de donde provienen, ¿seguirían creyéndose tan maravillosos como se creen? ¿que creerían de su "creador" o de su lugar de procedencia?.
6.10.14
Piensote
¿Cuando dejamos de pensar en alguien para empezar a pensar en otro alguien? Quiero decir, ¿en que momento cambiamos esa canción que escuchamos siempre y nos recuerda a ese momento con esa persona, por una nueva canción que nos recuerde un nuevo momento con esa nueva persona? O ¿cuando dejamos de acordarnos de ese alguien cada vez que pasamos por el barrio en el que vive para pensar en el alguien nuevo cada vez que pasamos por el barrio donde vive, estudia y camina todos los días?...
No me gusta la palabra reemplazar, pero es lo que hacemos cuando cambiamos a una persona por otra y por mucho que me digan que eso no se hace, les aseguro que si. Cuando dejas de pensar en alguien todos los días de tu vida, pasa un tiempo indeterminado y encontras a alguien mas en quien pensar, eso, es reemplazar.
Pero cuando pienso todo esto, vuelvo a pensar en vos, no de la misma forma en que te pensaba antes, pero te pienso. Te cruzas en mi cabeza muchas más veces de las que me gustaría y lo tomo como algo involuntario porque no me gusta cuando apareces interrumpiendome. No fue nada, fue algo, pero no fue todo. Me hiciste crecer, me hiciste pensar, me hiciste sentir y por eso todavía te pienso.
Pensarte no me impide pensarlo. Porque él es ese nuevo. En el que quiero pensar todos los días, en el que pienso con esa canción, en ese barrio, cuando me levanto, cuando me baño, cuando como, cuando escribo, cuando duermo, cuando estudio, cuando hablo con la gente que lo conoce.
Espero que pensarlo no siempre este relacionado a pensarte, porque debería replantearme muchas cosas si así fuera. O no se, algo debería hacer.
A veces es difícil ser una persona que piensa con tanta facilidad e imaginación en el futuro porque quiero todo ya pero me gusta el proceso, todo lo previo al "ya" y lo quiero pasar, pero es tan bueno eso que imagine y por lo que estoy esperando que quiero que se de lo antes posible. Y es tan contradictorio porque vos pensabas mas en esas cosas que yo, pero yo pienso mas estas cosas que él. ¿Será que te fuiste para que yo pueda ocupar tu lugar y él, el mio?
Tan rápido y simple como llegaste, tan rápido y simple te fuiste. Pero algo me dejaste y es algo relacionado a la duda de saber si todavía pensas en mi como yo te pienso o si minimamente hay algo que te haga acordar a mi por lo menos una vez a la semana. Yo creo que no, eras tan... o te mostrabas tan seguro de todo que no creo que hoy pienses en algo tan insignificante como esto. Pero ¿fue insignificante? Era nuevo para los dos, era demasiado nuevo para mi, pero para vos también. Me gusta pensar que esta conversación nunca se va a hacer realidad y a la vez pienso en cuantas de estas conversaciones voy a tener conmigo misma a lo largo de mi vida y algo se estremece dentro mio.
Empiezo a creer que va a llegar un momento en la vida en la que decida que quiero estar con una persona por el resto de vida que me queda. Y pienso eso y es inevitable pensarte... Me da miedo. No se si alguna vez voy a poder disfrutar de algo mas sin pensarte como te pienso. Trato de convencerme de que yo no soy de esa clase de gente que elige tan rápido a la persona con la quiere estar por siempre, pero ¿como demostrarlo si pienso todo lo que pienso? Creo que vos también lo pensas. En esos silencios tan ruidosos, en esas bromas de doble sentido y en como me miras.
Los ojos, las miradas. Cuanto dice una mirada! Aprendí a apreciarlas hace poco y me parecen algo fascinante. Es mágico poder hablar con la mirada. Es alucinante entender esa mirada. Tu mirada.
Me gusta pensar que pensas igual que yo. Que te parece que no tiene sentido arriesgar todo lo que tenemos hoy por lo que queremos para después. Y si no es así, igual me gusta pensarlo. Si nunca pasa nada de lo que me imagino, no pasa nada. La vida va a seguir y vos y yo también. Vos y yo. Que raro suena. Hay una decisión que ya tomamos y es que queremos una vida juntos, ¿de que forma? ni nosotros sabemos, pero que va a ser juntos, no hay duda. Sin importar demasiado que titulo tenga nuestra relación. Te quiero hasta el cielo, hasta la luna, hasta Plutón ida y vuelta.
¿Es raro que pueda pensar cuantas cosas podríamos hacer juntos después de tan poco tiempo de conocernos? Me da miedo equivocarme y que en realidad no seamos capaces de hacer nada de lo que imagino. O de estar creando una imagen ficticia de su imagen real. Me hace bien. Sonrío cada vez que intercambiamos palabras. Hay tantas cosas de las que me gustaria hablarle que creo que nunca me va a alcanzar el tiempo para contarcerlas. Nos conocimos después de 17 años, menos los primeros 3 sin recuerdos, 14 años de memorias y vivencias. Son tantas cosas para contar y discutir que tengo miedo de que no me alcance la saliva para hablar tanto. Pienso en como va a ser cuando termine de contarle todo y ya seamos dos personas que se conocen y empiezan a crear esos momentos juntos para después contarselos al resto. Pienso en que viajes podríamos hacer juntos, ¿se entiende? ¡pienso que podríamos viajar! Estoy pensando en una relación de verdad, cuando todavía no entendió que me tiene que invitar a salir, él y yo, solos, no en una multitud de gente y que de casualidad o no tan casualidad pasemos un rato juntos.
Con vos fue distinto. Una noche y ya estabas pensando en cuando nos podíamos volver a ver. Me sentí invadida. Eras muy insistente y creo que por eso acepte. La manera en que me buscaste no se compara ni un poco con la forma en que me dejaste. Después de mostrarte tan todo para cada situación, resolviste la ultima de la peor forma posible. No me dejaste ni siquiera desearte "buena vida" como tantas veces había ensayado esperando ese momento por lo anonadada que quede con tu excusa. Esperaba que pasase con muchas ansias por la incomodidad que me generaba la relación que estabas queriendo crear, pero me sorprendiste.
Me gusta imaginarnos. Espero que a él también le guste o que al menos pueda hacerlo. Y si no lo hace, ya le voy a ayudar a hacerlo porque a él también estoy empezando a quererlo, un poquito, pero si.
24.9.14
Amar el amor. Odiar el odio.
Amar, odiar. Querer, detestar. Gustar, despreciar.
El olor a tierra mojada. Olor a café recién hecho. Los besos en la mejilla reales. Que me abrasen con cariño. Regalar sonrisas a los niños para que también me regalen una. Bailar. Captar la energía positiva de otra persona. Las promesas que se cumplen. Recordar olores. La leche con miel. La fusión de los cuerpos de las parejas de Tango. Escuchar música y poder contar los compases. Los pies descalzos sobre el piso frío. El aire fresco. La lluvia. El arte. Cantar de a dos. Las rutas. Las montañas. Sentir adrenalina. Las espaldas. Reírme. Ver y escuchar como tocan el piano. Las cartas que se escribían antes. Que me suene la espalda. Hacer reír a la gente. Aprender. Que me elogien cosas por las que me esfuerzo. La amistad. Los reencuentros. Los masajes. Gritar. Susurrar. Los festejos de Año Nuevo. Hacer planes. Los parques. El mate. Las madrugadas. Las voces que suenan y te envuelven. Los labios. La nostalgia. Los comienzos. A la gente apasionada. Las palabras. Las caminatas. A mi perro Rumpel. Las mandíbulas cuadradas. Las tradiciones culinarias que se repiten por generaciones y generaciones. Cumplir años con números pares. Las canciones de cuna. Las lunas llenas. Los laberintos.
El odio.
Respuestas. Cumplir objetivos. Una casa en Bariloche. Una biblioteca grande, llena de libros por leer. Cuatro hijos. Viajar. Un grupo de amigos que se quede conmigo para toda la vida. Un reloj de bolsillo. Que mi alma nunca deje de hablar con los pies. Aprender a tocar algún instrumento. Un arito de coco. Una bicicleta. Una semana con diez días o días con treinta horas. Conocer Italia. Saltar de un avión con paracaídas. Escribir un libro. No aburrirme nunca.
La falta de voluntad. Las mentiras. Los reproches. Los celos. Las distancias. Las despedidas. Las apariencias que engañan. La suciedad. La mala educación. Las faltas de respeto. Los deportes de lucha. El fanatismo. El ego. Los problemas de autoestima. Que me transpiren las manos sin motivo. Dormir demasiado. Los dolores de cabeza. Las heridas superficiales. La humedad. Las almas viejas. Depilarme. Hacer cálculos. La sangre. Las vacunas. La sal en exceso. Extrañar. Las mentes cerradas. Los silencios incómodos. Generalizar. La arena por todos lados después de un día de playa. Las películas de terror. La hipocresía. La enfermedad. Ir al dentista. La imposibilidad de tener posibilidades. El estrés. Los tabús. A los "cabeza dura". La burocracia.
Que me rasquen la espalda. Morderme los labios. Dormir con medias y despertarme con una sola o con ninguna. Las personas que chasquean los dedos fuerte. El té que calma los nervios. Jugar con mis dedos. La pizza. Las nubes. Los anillos. Los perros. Los artistas. El mango. Cocinar. Tejer. Hacer macramé. Ser inquieta. Las chimeneas. Las escuelas. Los trayectos en auto. Conocer gente. Las flores. El helado. Las brújulas. Las clavículas. El pelo corto. El color verde. Las fotos. Los libros. Los maestros. Los puentes. Las postales. Los barcos. La expresión "huesito dulce" que hace referencia al coxis. Los dedos pulgares en alto. Saludar con la mano fervientemente. Acariciar una espalda en medio de un abrazo. Las suricatas. Aprender a comer cosas nuevas. Enseñar sin esfuerzo. El orden y la limpieza. Que no me chupe un huevo lo que piensa el resto. Las frases épicas. Los aros en las orejas. La gente a la que "le queda bien" un cigarrillo en la mano. Los "hasta luego". Brindar. La Navidad. Improvisar. Quedar satisfecha con lo que escribo. Las discusiones. La familia. Las calesitas de las plazas. Los morrales. Los cantos de pájaros. Las cremas corporales. Los perfumes. El viento. Los ojos. Ordenar. La libertad. Pintarme las uñas. Las bufandas. Menta y chocolate. Los finales. Los actores natos. Las buenas acciones desinteresadas. Las mudanzas. Los zapatos. Exagerar. La introducción del himno argentino. Las agendas. Ser zurda. La ironía. Los desayunos de domingo. Los mozos simpáticos. La diversidad de etapas que tiene la vida. El concepto de personalidad. Los destinos.
Los mocos. La superioridad. Las lagañas. El olor a transpiración. Las cosas podridas. Los estornudos en el subte. Los bondis llenos. La ropa incomoda. La celulitis. Las vidas virtuales. La gente garca. Las presiones sin sentido. El calor. Los viejos que no esperan otra cosa que morirse. Las quejas. El mal aliento. Las serpientes. Las comidas extremadamente grasosas. Los grupos elitistas. La negatividad. El machismo tanto como el feminismo. La Iglesia. Echar culpas. Cuestionar defectos.
El olor a tierra mojada. Olor a café recién hecho. Los besos en la mejilla reales. Que me abrasen con cariño. Regalar sonrisas a los niños para que también me regalen una. Bailar. Captar la energía positiva de otra persona. Las promesas que se cumplen. Recordar olores. La leche con miel. La fusión de los cuerpos de las parejas de Tango. Escuchar música y poder contar los compases. Los pies descalzos sobre el piso frío. El aire fresco. La lluvia. El arte. Cantar de a dos. Las rutas. Las montañas. Sentir adrenalina. Las espaldas. Reírme. Ver y escuchar como tocan el piano. Las cartas que se escribían antes. Que me suene la espalda. Hacer reír a la gente. Aprender. Que me elogien cosas por las que me esfuerzo. La amistad. Los reencuentros. Los masajes. Gritar. Susurrar. Los festejos de Año Nuevo. Hacer planes. Los parques. El mate. Las madrugadas. Las voces que suenan y te envuelven. Los labios. La nostalgia. Los comienzos. A la gente apasionada. Las palabras. Las caminatas. A mi perro Rumpel. Las mandíbulas cuadradas. Las tradiciones culinarias que se repiten por generaciones y generaciones. Cumplir años con números pares. Las canciones de cuna. Las lunas llenas. Los laberintos.
El odio.
Respuestas. Cumplir objetivos. Una casa en Bariloche. Una biblioteca grande, llena de libros por leer. Cuatro hijos. Viajar. Un grupo de amigos que se quede conmigo para toda la vida. Un reloj de bolsillo. Que mi alma nunca deje de hablar con los pies. Aprender a tocar algún instrumento. Un arito de coco. Una bicicleta. Una semana con diez días o días con treinta horas. Conocer Italia. Saltar de un avión con paracaídas. Escribir un libro. No aburrirme nunca.
La falta de voluntad. Las mentiras. Los reproches. Los celos. Las distancias. Las despedidas. Las apariencias que engañan. La suciedad. La mala educación. Las faltas de respeto. Los deportes de lucha. El fanatismo. El ego. Los problemas de autoestima. Que me transpiren las manos sin motivo. Dormir demasiado. Los dolores de cabeza. Las heridas superficiales. La humedad. Las almas viejas. Depilarme. Hacer cálculos. La sangre. Las vacunas. La sal en exceso. Extrañar. Las mentes cerradas. Los silencios incómodos. Generalizar. La arena por todos lados después de un día de playa. Las películas de terror. La hipocresía. La enfermedad. Ir al dentista. La imposibilidad de tener posibilidades. El estrés. Los tabús. A los "cabeza dura". La burocracia.
Que me rasquen la espalda. Morderme los labios. Dormir con medias y despertarme con una sola o con ninguna. Las personas que chasquean los dedos fuerte. El té que calma los nervios. Jugar con mis dedos. La pizza. Las nubes. Los anillos. Los perros. Los artistas. El mango. Cocinar. Tejer. Hacer macramé. Ser inquieta. Las chimeneas. Las escuelas. Los trayectos en auto. Conocer gente. Las flores. El helado. Las brújulas. Las clavículas. El pelo corto. El color verde. Las fotos. Los libros. Los maestros. Los puentes. Las postales. Los barcos. La expresión "huesito dulce" que hace referencia al coxis. Los dedos pulgares en alto. Saludar con la mano fervientemente. Acariciar una espalda en medio de un abrazo. Las suricatas. Aprender a comer cosas nuevas. Enseñar sin esfuerzo. El orden y la limpieza. Que no me chupe un huevo lo que piensa el resto. Las frases épicas. Los aros en las orejas. La gente a la que "le queda bien" un cigarrillo en la mano. Los "hasta luego". Brindar. La Navidad. Improvisar. Quedar satisfecha con lo que escribo. Las discusiones. La familia. Las calesitas de las plazas. Los morrales. Los cantos de pájaros. Las cremas corporales. Los perfumes. El viento. Los ojos. Ordenar. La libertad. Pintarme las uñas. Las bufandas. Menta y chocolate. Los finales. Los actores natos. Las buenas acciones desinteresadas. Las mudanzas. Los zapatos. Exagerar. La introducción del himno argentino. Las agendas. Ser zurda. La ironía. Los desayunos de domingo. Los mozos simpáticos. La diversidad de etapas que tiene la vida. El concepto de personalidad. Los destinos.
Los mocos. La superioridad. Las lagañas. El olor a transpiración. Las cosas podridas. Los estornudos en el subte. Los bondis llenos. La ropa incomoda. La celulitis. Las vidas virtuales. La gente garca. Las presiones sin sentido. El calor. Los viejos que no esperan otra cosa que morirse. Las quejas. El mal aliento. Las serpientes. Las comidas extremadamente grasosas. Los grupos elitistas. La negatividad. El machismo tanto como el feminismo. La Iglesia. Echar culpas. Cuestionar defectos.
19.9.14
Humedad
Llueve, sale el sol y vuelve a llover. La lluvia relaja. El agua relaja. La relajación calma. Eso estoy buscando, la calma. Prendo un cigarrillo, miro por la ventana, esta empañada de un lado y mojada del otro, no distingo mas que siluetas y colores. Pocos colores, marrón, gris, azul, verde y algún dejo de rojo. Siluetas inmóviles. El movimiento esta detrás de cada puerta que se que esta en la calle pero que no puedo visualizar perfectamente en este momento. Hace frío, tengo la piel de gallina, pero ponerme un sweter implicaría un montón de acciones que considero innecesarias en este momento. Su olor. Camino de un lado al otro de la habitación, sobre el canto externo del pie en un paso y sobre el interno en el siguiente, alternando una vez cada pierna, bueno, como se camina normalmente, claro. Tengo los pies desnudos, el piso esta frío, siento la textura de la alfombra, izquierda, derecha, izquierda y nuevamente la cerámica fría. Un escalofrío me recorre el cuerpo, desde el talón derecho hasta el pecho. Su cara. Apago el cigarrillo, me froto la cara, me paso la mano por la nuca cerrando los ojos, intentando volver a la realidad. Es peor, siento su mano sobre mi cuello, como me recorre la espalda, los brazos y se detiene en mi manos. Siento sus dedos entrelazados con los míos, abro los ojos y me veo. Estoy solo, no hay nadie en este lúgubre espacio además de mí. Prendo otro cigarrillo, me siento y me paro al instante camino al sofá-cama, que ahora es solo sofá. Esta húmedo, el cuero absorbe la humedad casi tan rápido como la sal en un salero. El ruido de mis movimientos sobre el sillón. Su respiración. La recuerdo, la escucho, la siento. Otra vez un escalofrió me recorre el cuerpo, pero este es producto de la ventisca que entra por la ventana de la cocina que se que se abrió de nuevo. No tengo ni un mínimo impulso involuntario para pararme y cerrarla. Me abrazo, la siento conmigo otra vez. Sus labios. Se esfuman antes de que pueda terminar de sentirlos como me gustaba hacerlo. De espalda a la ventana, de cara al respaldo del sofá. Dormito porque el frío no me deja dormirme profundamente. No se cuanto tiempo pasa antes de empezar a relajar los músculos porque ya no siento frío. Giro lentamente, casi generando una espiral en mi cuerpo porque mis piernas quedan en la misma dirección y veo como el sol empieza a asomar. La resolana me enceguece por un instante de segundo. El rayo de sol cae justo sobre la mesa. Me brota una energía descomunal. Me paro de un salto, todavía con algunas partes de mi cuerpo que no reaccionan perfectamente a la posición vertical. Me abalanzo sobre la mesa, me pareció ver algo que no era y en ese segundo algo se desploma dentro mio. Como un baldazo de agua fría, como si alguien me sacara la frazada de un tirón en la noche mas fría, como un golpe de calor por estar expuesto al sol mucho tiempo, como una trompada en medio del estomago. Me siento, casi desplomandome sobre la alfombra. Me agarro la cabeza con las manos en palanca con los codos sobre las rodillas para sostenerme en una posición que no requiera mucho esfuerzo y que me haga parecer algo mas cuerdo. Me arden los ojos. Su olor, su cara, su manos, su respiración, sus labios. Me desmorono finalmente. Siento el piso frió con mi lado izquierdo trasero. El derecho se mantiene cálido sobre la alfombra. Siento la caída, un cosquilleo se desliza por mi brazo izquierdo. Respiro hondo. Mis latidos se aceleran y ya no veo nada mas que la mancha de humedad que encierra la lampara colgante del techo gris que pocas veces me detuve a observar.
11.9.14
Son o no son
Pensé mucho en como empezar a escribir sobre esto. Como no encontré nada mejor, empiezo así.
¿Como algo que tanta gente disfruta hace tan mal? Realmente, ¿hace tan mal? Si, científicamente prueban que si hace mal, pero la ciencia se renueva cada día y tal vez estén equivocados hasta el día de hoy. Digo, hay gente que fuma toda la vida y termina muriendo de viejo o por algún otro motivo que ni se acerca a un cáncer de pulmón. Entonces, sera que ¿de verdad hace tan mal?
Todos los fumadores, o al menos todos con los que he hablando, saben que se supone que los cigarrillos les hacen mal. Pero ¿que es ese "hacer mal"? Yo se que fuman y se relajan, fuman y se sienten bien, es un habito, una costumbre, algo mas. Y es tan raro que el mismo mercado que se supone que controla lo que consumimos o dejamos de consumir diga que es perjudicial para la salud y que sin embargo la gente lo siga consumiendo.
Me gusta ver como una persona se fusiona con los cigarrillos. Me da la sensación de que hasta crea una relación con el objeto, pero una relación fuerte. Es algo que esta presente en cada momento de su vida. Y no siento admiración por eso, pero si respeto, creo, no, respeto no es la palabra, pero es como un hecho.
No se ni con que compararlo porque no se que se siente tener esa relación con un objeto así. Fuera de la adicción que produce la nicotina, que creo que es una mentira porque es como el azúcar, probas un poco y queres mas, pero no se hasta que punto una persona es tan débil para caer en menos de un cigarrillo. No tiene sentido. Lo haces porque queres, porque crees que te hace bien, pero sabes que te hace mal. Cuantas contradicciones.
Cuando me preguntan ¿fumas? y digo que no, espero que me pregunten ¿porque? pero nadie lo hace, porque no se hace, generalmente recibo como respuesta "muy bien"... ¿Muy bien, que? ¿me estas felicitando porque no fumo cuando vos si? No tiene sentido. Y la verdad es que no se porque no lo hago. No vivo en un ambiente de fumadores y tal vez eso me tiene alejada. Nunca tuve eso como opcion para resolver algo. Sí lo probé, y después de probarlo comprobé el mito falso de "una vez que lo probas no lo soltas mas". No, no tuvo nada de mágico el primer cigarrillo que me fumé. Ni es segundo, ni el tercero. No me hizo nada. Y ¿porque? No lo se. ¿Sera como todas las cosas en esta vida que o son o no son para uno?
¿Como algo que tanta gente disfruta hace tan mal? Realmente, ¿hace tan mal? Si, científicamente prueban que si hace mal, pero la ciencia se renueva cada día y tal vez estén equivocados hasta el día de hoy. Digo, hay gente que fuma toda la vida y termina muriendo de viejo o por algún otro motivo que ni se acerca a un cáncer de pulmón. Entonces, sera que ¿de verdad hace tan mal?
Todos los fumadores, o al menos todos con los que he hablando, saben que se supone que los cigarrillos les hacen mal. Pero ¿que es ese "hacer mal"? Yo se que fuman y se relajan, fuman y se sienten bien, es un habito, una costumbre, algo mas. Y es tan raro que el mismo mercado que se supone que controla lo que consumimos o dejamos de consumir diga que es perjudicial para la salud y que sin embargo la gente lo siga consumiendo.
Me gusta ver como una persona se fusiona con los cigarrillos. Me da la sensación de que hasta crea una relación con el objeto, pero una relación fuerte. Es algo que esta presente en cada momento de su vida. Y no siento admiración por eso, pero si respeto, creo, no, respeto no es la palabra, pero es como un hecho.
No se ni con que compararlo porque no se que se siente tener esa relación con un objeto así. Fuera de la adicción que produce la nicotina, que creo que es una mentira porque es como el azúcar, probas un poco y queres mas, pero no se hasta que punto una persona es tan débil para caer en menos de un cigarrillo. No tiene sentido. Lo haces porque queres, porque crees que te hace bien, pero sabes que te hace mal. Cuantas contradicciones.
Cuando me preguntan ¿fumas? y digo que no, espero que me pregunten ¿porque? pero nadie lo hace, porque no se hace, generalmente recibo como respuesta "muy bien"... ¿Muy bien, que? ¿me estas felicitando porque no fumo cuando vos si? No tiene sentido. Y la verdad es que no se porque no lo hago. No vivo en un ambiente de fumadores y tal vez eso me tiene alejada. Nunca tuve eso como opcion para resolver algo. Sí lo probé, y después de probarlo comprobé el mito falso de "una vez que lo probas no lo soltas mas". No, no tuvo nada de mágico el primer cigarrillo que me fumé. Ni es segundo, ni el tercero. No me hizo nada. Y ¿porque? No lo se. ¿Sera como todas las cosas en esta vida que o son o no son para uno?
Desatando nudos
Hoy es un día histórico. Un "día peronista" como dirían muchos que conozco, quiero y admiro. Nunca uso esta frase por el mismo motivo que me separa ideológicamente de ese grupo de personas, pero lo que esta brotando en mi me hace pensar en ellos, que son parte de mi vida e intento plasmar mis sentimientos en algo que consideran tan valioso, para recordarme lo mucho que los aprecio. Empiezo a relatarlo desde las 12am. (casi en punto) y pretendo registrar la mayor cantidad de emociones que me corren por el cuerpo en un día así.
Terminar con las cosas que nos hacen mal, hace bien. Dejar ir lo que ya no nos sirve. Aprender a decidir. "Saber decir adiós, es crecer" y me animo a citar al grande que dijo esta frase, porque considero que lo que me esta pasando es grande. Que sea grande para mi, me es suficiente para creerlo grande. Siempre digo que la verdad mas valiosa es la que uno decide creer.
Hoy empiezo una nueva etapa. Y no la empiezo un 1 de enero. No la empiezo el día que termino la secundaria o el día que empiezo la facultad. La empiezo el día que me empiezo a acercar al camino que me va a marcar el futuro. La cursilería siempre fue lo mio y hoy no me voy a privar de explotarla al máximo.
Nunca antes me había propuesto vivir cada día de mi vida apasionadamente, hoy lo hago. Hoy me lo propongo, vaya a cumplirse o no, por algo se empieza. Me gusta la idea de escribir porque me gusta pensar en que podría pensar en unos años, cuando mi vida haya cambiado por completo, y relea lo que estoy tratando de poner en palabras en este momento.
Si hay algo que no dejo de hacer ni un día de mi vida, es pensar en el futuro. Vivo imaginando millones de situaciones posibles e imposibles y lo mas divertido de eso, es que si algún día llegan a cumplirse los divagues que producen mis neuronas, nunca van a ser exactamente iguales a como los imaginé, entonces no van a dejar de sorprenderme y voy a amar esos momentos mas que a mi vida misma. Y acabo de crear una oración sin sentido, porque van a ser esos los momentos que formen mi vida. Que lindo es estar vivo. Que lindo es amar esta vida de mierda, esta vida llena de vida. Brindaría todos los días por vivir viva toda mi vida. Me embriagaría de vida y me perdería en ese mundo.
Nudo en la boca del estomago. No se donde es exactamente la boca del estomago, pero es arriba de la panza y estomago es la forma sofisticada de decirle a la panza. En fin, ese lugar que nos duele cuando estamos nerviosos, hambrientos o con nauseas. Los tres dolores son distintos, pero en el mismo lugar. No soy una persona que sufre nauseas muy a menudo, y hambre no tanto tampoco, pero nervios si... Ese dolor casi agudo, lo conozco bien y es el que siento en este exacto momento. Estoy en movimiento, pero las ruedas no me dan nauseas entonces no lo puedo confundir con eso. Sin duda, son nervios. Nervios de adrenalina, de emoción, de ansiedad. De saber que me espera algo muy difícil, duro pero feliz una vez que ese nudo se desate. Y es eso, desatar el nudo, es eso lo que tengo que hacer. Vomitar todo lo que tengo adentro para desatar el nudo y poder ingerir otra cosa para rellenar el lugar y que ya no haya ningún nudo.
En una hora se termina todo. Pienso en cuantas veces pensé que en un año se terminaba todo y aunque no haya llegado al plazo estimado, estar a una hora de terminarlo, da nervios.
Lloro, porque siempre lloro, pero nunca lloro. Alguna vez dije que no tengo lagrima fácil, pero porque considero que no tengo lagrimas para cualquier situación. Siempre que lloro, lloro por angustia. Recuerdo muy pocas situaciones en las haya llorado por felicidad o enojo. Esas emociones no me hacen llorar. Y ahí esta, culpo a mis emociones por llorar, no a mi, no a nadie, mis emociones, que son parte de mi, pero son ellas también, son emociones.
Se me escapa la voz, no encuentro las palabras. Me pierdo un poco, me olvido porque estoy en donde estoy y que tenia que hacer. Encuentro la voz, elijo las palabras y se perfectamente que hago sentada en este sillón marrón. Respiro hondo y sigo con la lista. Uno por uno. Todos.
Estoy saliendo. Subo tres pisos por escalera tan rápido que no me da tiempo ni a pensar en lo agitada que voy a estar cuando termine. Lloro, me agito, me rió, me agito, sonrió, suspiro, me agito, respiro con ruido y largo. Ya esta, se termino. Empieza el show. El nuevo show.
Terminar con las cosas que nos hacen mal, hace bien. Dejar ir lo que ya no nos sirve. Aprender a decidir. "Saber decir adiós, es crecer" y me animo a citar al grande que dijo esta frase, porque considero que lo que me esta pasando es grande. Que sea grande para mi, me es suficiente para creerlo grande. Siempre digo que la verdad mas valiosa es la que uno decide creer.
Hoy empiezo una nueva etapa. Y no la empiezo un 1 de enero. No la empiezo el día que termino la secundaria o el día que empiezo la facultad. La empiezo el día que me empiezo a acercar al camino que me va a marcar el futuro. La cursilería siempre fue lo mio y hoy no me voy a privar de explotarla al máximo.
Nunca antes me había propuesto vivir cada día de mi vida apasionadamente, hoy lo hago. Hoy me lo propongo, vaya a cumplirse o no, por algo se empieza. Me gusta la idea de escribir porque me gusta pensar en que podría pensar en unos años, cuando mi vida haya cambiado por completo, y relea lo que estoy tratando de poner en palabras en este momento.
Si hay algo que no dejo de hacer ni un día de mi vida, es pensar en el futuro. Vivo imaginando millones de situaciones posibles e imposibles y lo mas divertido de eso, es que si algún día llegan a cumplirse los divagues que producen mis neuronas, nunca van a ser exactamente iguales a como los imaginé, entonces no van a dejar de sorprenderme y voy a amar esos momentos mas que a mi vida misma. Y acabo de crear una oración sin sentido, porque van a ser esos los momentos que formen mi vida. Que lindo es estar vivo. Que lindo es amar esta vida de mierda, esta vida llena de vida. Brindaría todos los días por vivir viva toda mi vida. Me embriagaría de vida y me perdería en ese mundo.
Nudo en la boca del estomago. No se donde es exactamente la boca del estomago, pero es arriba de la panza y estomago es la forma sofisticada de decirle a la panza. En fin, ese lugar que nos duele cuando estamos nerviosos, hambrientos o con nauseas. Los tres dolores son distintos, pero en el mismo lugar. No soy una persona que sufre nauseas muy a menudo, y hambre no tanto tampoco, pero nervios si... Ese dolor casi agudo, lo conozco bien y es el que siento en este exacto momento. Estoy en movimiento, pero las ruedas no me dan nauseas entonces no lo puedo confundir con eso. Sin duda, son nervios. Nervios de adrenalina, de emoción, de ansiedad. De saber que me espera algo muy difícil, duro pero feliz una vez que ese nudo se desate. Y es eso, desatar el nudo, es eso lo que tengo que hacer. Vomitar todo lo que tengo adentro para desatar el nudo y poder ingerir otra cosa para rellenar el lugar y que ya no haya ningún nudo.
En una hora se termina todo. Pienso en cuantas veces pensé que en un año se terminaba todo y aunque no haya llegado al plazo estimado, estar a una hora de terminarlo, da nervios.
Lloro, porque siempre lloro, pero nunca lloro. Alguna vez dije que no tengo lagrima fácil, pero porque considero que no tengo lagrimas para cualquier situación. Siempre que lloro, lloro por angustia. Recuerdo muy pocas situaciones en las haya llorado por felicidad o enojo. Esas emociones no me hacen llorar. Y ahí esta, culpo a mis emociones por llorar, no a mi, no a nadie, mis emociones, que son parte de mi, pero son ellas también, son emociones.
Se me escapa la voz, no encuentro las palabras. Me pierdo un poco, me olvido porque estoy en donde estoy y que tenia que hacer. Encuentro la voz, elijo las palabras y se perfectamente que hago sentada en este sillón marrón. Respiro hondo y sigo con la lista. Uno por uno. Todos.
Estoy saliendo. Subo tres pisos por escalera tan rápido que no me da tiempo ni a pensar en lo agitada que voy a estar cuando termine. Lloro, me agito, me rió, me agito, sonrió, suspiro, me agito, respiro con ruido y largo. Ya esta, se termino. Empieza el show. El nuevo show.
6.9.14
Calista
Calista era su nombre. Una niña de tez blanca, cabellos ondulados y olluelos en las mejillas. Le gustaba el olor de las flores que pasaba todos días a la vuelta del jardín. Llegar a su casa y que la espere el té con leche y vainillas que le dejaba preparado su mamá antes de irse. En primavera y durante todo el verano, se sentaba a disfrutarlo en el patio del fondo. Mirando, observando, curioseando por ahí. Sentada en su sillita, pensaba en todo lo que quería hacer una vez terminada la hora de la leche. Revoleando las patitas que no le llegaban al piso aunque la silla fuese casi especial para ella, limpiando las miguitas que caían sobre su vestido violeta cada vez que le daba un mordisco a la vainilla. Tomando té, se sentía grande, aunque fuera con leche, porque la chocolatada le daba dolor de panza.
Calista no entendía porque los grandes vivían corriendo de un lado al otro. Su mamá casi nunca estaba y su papá trabajaba mucho, aunque estaba en su casa, siempre estaba trabajando. Su Bobe era la única que siempre si estaba. La que le contaba los mejores cuentos, la que le daba los abrazos más cariñosos, la que la acompañaba a todos lados. Había una historia que le encantaba. Sobre un picaflor. La abuela le contaba millones de aventuras que tenia el picaflor, y es mas, hasta le aseguraba que de vez en cuando la iba a visitar, pero Calista nunca llegaba a verlo, porque era tan rápido que cuando su Bobe la llamaba para presentarlos, él ya se había ido volado. Soñaba con él, deseaba algún día conocerlo y hasta le había hecho un dibujo en el jardín para mostrárselo el día del encuentro. Todos los días, mientras tomaba la leche, lo esperaba, lo buscaba, pero él no venia.
Pasado un tiempo, la abuela empezó a olvidarse del picaflor y ya no se acordaba de todas las historias que alguna vez le había contado a Calista, entonces ahora era ella quien le contaba esas historias a su abuela. La del día que el picaflor encontró la flor mas grande del mundo y se quedo a vivir ahí muchos días y por eso no fue a visitarla por un tiempo. La de la vez que se encontró en un lago tan pero tan espejado que creyó haber conocido a alguien igualito a el. Y la de la noche que fue a conocer a la Luna.
Calista se despertó una mañana sin entender muy bien porque su Bobe no la estaba despertando para ir al jardín. Bajo la escalera y encontró a su mamá hablando al teléfono muy nerviosa, pregunto por su Bobe y a cambio recibió la orden de su papá de ir a vestirse para que la llevase al jardín. A la tarde, la fue a buscar su mamá y Calista volvió a preguntar por su Bobe. "Tu abuela se fue de viaje por un tiempo" y Calista pensó "seguro se fue a visitar al picaflor". Llego a su casa, la esperaba el té con leche y vainillas. Se sentó en su sillita del patio del fondo y ahí vio al picaflor pasar. Desde ese día, la visito todos los días. Invierno, verano, otoño o primavera. Llueva, nieve, o haya sol, no falto ni un día.
Calista no entendía porque los grandes vivían corriendo de un lado al otro. Su mamá casi nunca estaba y su papá trabajaba mucho, aunque estaba en su casa, siempre estaba trabajando. Su Bobe era la única que siempre si estaba. La que le contaba los mejores cuentos, la que le daba los abrazos más cariñosos, la que la acompañaba a todos lados. Había una historia que le encantaba. Sobre un picaflor. La abuela le contaba millones de aventuras que tenia el picaflor, y es mas, hasta le aseguraba que de vez en cuando la iba a visitar, pero Calista nunca llegaba a verlo, porque era tan rápido que cuando su Bobe la llamaba para presentarlos, él ya se había ido volado. Soñaba con él, deseaba algún día conocerlo y hasta le había hecho un dibujo en el jardín para mostrárselo el día del encuentro. Todos los días, mientras tomaba la leche, lo esperaba, lo buscaba, pero él no venia.
Pasado un tiempo, la abuela empezó a olvidarse del picaflor y ya no se acordaba de todas las historias que alguna vez le había contado a Calista, entonces ahora era ella quien le contaba esas historias a su abuela. La del día que el picaflor encontró la flor mas grande del mundo y se quedo a vivir ahí muchos días y por eso no fue a visitarla por un tiempo. La de la vez que se encontró en un lago tan pero tan espejado que creyó haber conocido a alguien igualito a el. Y la de la noche que fue a conocer a la Luna.
Calista se despertó una mañana sin entender muy bien porque su Bobe no la estaba despertando para ir al jardín. Bajo la escalera y encontró a su mamá hablando al teléfono muy nerviosa, pregunto por su Bobe y a cambio recibió la orden de su papá de ir a vestirse para que la llevase al jardín. A la tarde, la fue a buscar su mamá y Calista volvió a preguntar por su Bobe. "Tu abuela se fue de viaje por un tiempo" y Calista pensó "seguro se fue a visitar al picaflor". Llego a su casa, la esperaba el té con leche y vainillas. Se sentó en su sillita del patio del fondo y ahí vio al picaflor pasar. Desde ese día, la visito todos los días. Invierno, verano, otoño o primavera. Llueva, nieve, o haya sol, no falto ni un día.
Admiracion. Fanatismo. Bazofia
¿Estará mal admirar personas en secreto? Digo, ¿es necesario demostrarle admiración a cada persona que admiramos? Porque, si es famoso corres el "riesgo" de que te cataloguen de careta porque "Dale! sos fan de todo? Que te pasa??" Y no, no soy fan de todo, pero así como me gusta hacer muchas cosas, admiro a mucha gente también. Obvio, yo también soy de criticar a los caretas, pero porque te das cuenta de cuando una persona esta carteleando algo y cuando demuestra su admiración por ese alguien. Ahora, si no es famoso corres el riesgo de que crean que te falta algún jugador en la cabeza o que sos medio rarito que reconoces el éxito o lo bueno del otro y encima, para colmo, como para terminar con semejante delirio, lo admiras (lease el sarcasmo).
A mi me gusta admirar gente sin que lo sepan. La verdad es que yo me sentiría incomoda si alguien algún día viniese y me dijera que le encanta como soy, que le encanta leerme, que le gustan muchísimo mirar mis fotos y le gustaría ser un poquito mas como yo. Yo también catalogaría a esa persona como "rara" y a la vez no porque debe ser lindo poder inspirar a alguien en algo. Pero en definitiva para eso existen los secretos, para evitarnos situaciones incomodas, situaciones vergonzosas, situaciones que no queremos que sucedan.
La que viaja por todos lados y sube fotos hermosisimas, la que escribe cosas muy copadas, la que dice lo que todos quisiéramos decir pero no nos animamos, el que tiene las palabras justas para cada situación mundial de la que todos hablan, el que pronuncia dos palabras que se convierten en poema, la que tiene esa cualidad que a mi me gustaría tener un poquito mas. Y no hablamos de envidia, en absoluto. Es admiración, es querer aprender de esa persona para ser cada día un poco mejor. Hace falta estar rodeado de grandes para ser grande también. Si uno se rodea de mediocres, a lo máximo que se puede llegar es a ser el mejor de los mediocres. Y prefiero ser la peor de los mejores, que la mejor que los peores.
Es lindo expresarle nuestra admiración a quienes admiramos, pero ¿hasta que punto? Los famosos muchas veces se quejan de esa demostración que les damos y ahí es donde se puede hablar de fanatismo. El fanatismo me resulta una cosa horrible. Es enfermizo, la gente no piensa de verdad cuando le pica del bicho del fanatismo. Creo que por eso también trato de no caer en él. Me tomo con calma las situaciones en las que tengo a alguien "famoso" adelante porque pobre tipo vive acosado por fans el 50% del tiempo que vive, seguramente le gusta mas que lo trate así que como lo trata el resto. Y ahí me hago la especial ¿que me pasa? También critico a los que dicen no seguir las masas pero lo hacen. Es difícil no seguir a las masas y por eso no me meto en el grupo de gente que dice que lo hace. Pero vivís en una sociedad que te arrastra, que te va marcando el camino y no siempre resulta cómodo desviarse del camino. Y como generalmente optamos por el camino mas cómodo, terminamos dentro de la masa por mucho que no queramos.
Releo lo que escribí y me parece una bazofia. Si, bazofia, no basura, bazofia. Tenia ganas de escribir y punto, escritora no soy, críticos no tengo, así que escribo igual. Escribo porque creo que me libera. Poner en palabras algunas cosas que pensamos libera la mente y me hace muy bien liberar la mente por estos días.
También tiene que ver con admiración, admiro a muchos escritores y algún día me gustaría ser como ellos, no se en que vida porque quiero hacer tantas, infinitas, demasiadas cosas que no creo que una vida me alcance para todo. Pero mientras pueda y "el cuero me de" voy a intentar hacer todo lo que tengo ganas de hacer.
A mi me gusta admirar gente sin que lo sepan. La verdad es que yo me sentiría incomoda si alguien algún día viniese y me dijera que le encanta como soy, que le encanta leerme, que le gustan muchísimo mirar mis fotos y le gustaría ser un poquito mas como yo. Yo también catalogaría a esa persona como "rara" y a la vez no porque debe ser lindo poder inspirar a alguien en algo. Pero en definitiva para eso existen los secretos, para evitarnos situaciones incomodas, situaciones vergonzosas, situaciones que no queremos que sucedan.
La que viaja por todos lados y sube fotos hermosisimas, la que escribe cosas muy copadas, la que dice lo que todos quisiéramos decir pero no nos animamos, el que tiene las palabras justas para cada situación mundial de la que todos hablan, el que pronuncia dos palabras que se convierten en poema, la que tiene esa cualidad que a mi me gustaría tener un poquito mas. Y no hablamos de envidia, en absoluto. Es admiración, es querer aprender de esa persona para ser cada día un poco mejor. Hace falta estar rodeado de grandes para ser grande también. Si uno se rodea de mediocres, a lo máximo que se puede llegar es a ser el mejor de los mediocres. Y prefiero ser la peor de los mejores, que la mejor que los peores.
Es lindo expresarle nuestra admiración a quienes admiramos, pero ¿hasta que punto? Los famosos muchas veces se quejan de esa demostración que les damos y ahí es donde se puede hablar de fanatismo. El fanatismo me resulta una cosa horrible. Es enfermizo, la gente no piensa de verdad cuando le pica del bicho del fanatismo. Creo que por eso también trato de no caer en él. Me tomo con calma las situaciones en las que tengo a alguien "famoso" adelante porque pobre tipo vive acosado por fans el 50% del tiempo que vive, seguramente le gusta mas que lo trate así que como lo trata el resto. Y ahí me hago la especial ¿que me pasa? También critico a los que dicen no seguir las masas pero lo hacen. Es difícil no seguir a las masas y por eso no me meto en el grupo de gente que dice que lo hace. Pero vivís en una sociedad que te arrastra, que te va marcando el camino y no siempre resulta cómodo desviarse del camino. Y como generalmente optamos por el camino mas cómodo, terminamos dentro de la masa por mucho que no queramos.
Releo lo que escribí y me parece una bazofia. Si, bazofia, no basura, bazofia. Tenia ganas de escribir y punto, escritora no soy, críticos no tengo, así que escribo igual. Escribo porque creo que me libera. Poner en palabras algunas cosas que pensamos libera la mente y me hace muy bien liberar la mente por estos días.
También tiene que ver con admiración, admiro a muchos escritores y algún día me gustaría ser como ellos, no se en que vida porque quiero hacer tantas, infinitas, demasiadas cosas que no creo que una vida me alcance para todo. Pero mientras pueda y "el cuero me de" voy a intentar hacer todo lo que tengo ganas de hacer.
Cinco días de puta angina.
Martes. Miércoles. El jueves parecía ser el ultimo día. Viernes. Sábado. Y definitivamente el final tiene que ser el domingo. Hacia demasiado tiempo que no me enfermaba así. El dolor que sentía en el cuerpo el martes, no lo puedo comparar con ninguno que haya sentido hasta ahora. Creo que es lo mas cerca que estuve de la muerte. Muerte dije? La muerte no debe doler. Que se yo, nadie nunca me contó que se siente. Así que no, no lo puedo comparar con morir. Mas bien era como sentir que me cagaron, que me forrearon olímpicamente y que no podía salir de toda la mierda que tenia encima. Eso es. Eso fue.
Ya me habían dicho que cuando la mente no puede solucionar algo o hay algo que molesta mucho al alma, el cuerpo reacciona y reacciona enfermándose. Si bien siempre fui de creer en ese tipo de cosas, nunca pensé que tendría que pasarlas. Ya van cinco días de esto y esta mas que claro que no lo voy a soportar mas y tampoco voy a dejar que se transforme en algo peor. En el medio me juegan en contra mis infaltables ganas de no poder dejar el culo quieto un minuto, entonces me paro para hacer cualquier boludes con tal de pararme, me mareo en el camino de pasar a estar acostada a sentada y me mareo un poco menos en el paso de sentada a parada. Cada paso que doy me da la sensación de que el piso vibra o que cada una de mis piernas pesa 100 toneladas, teniendo que pasar el peso de todo el cuerpo de una pierna a la otra produciendo un bamboleo insoportable en los órganos internos de mi cuerpo que hasta llegan a producirme nauseas. Y así voy, del sillón al baño, del baño a la cocina, de la cocina al comedor, y de nuevo al sillón. ¿Porque sillón? No se. No es mas cómodo que mi cama. Es mas, creo que son igual de cómodas las dos superficies, pero en el sillón tengo gente caminando alrededor casi todo el tiempo, y eso hace que me sienta un poquito menos mal, porque en definitiva estoy enferma de la garganta, pero lo que realmente tengo enfermo es el corazón.
Martes. Me duele todo, pero todo. Tengo a mi compañero fiel conmigo. No se me despega ni un instante pero no puedo pensar en mucho. No pienso en cuanto me esforcé por tenerlo. No pienso en cuanto me alegra cada vez que lo veo. No pienso en cuantas veces me comí una cagada a pedos por su culpa. No pienso. Simplemente siento el peso de su cuerpito contra el mio, sus respiraciones y su calor. Y eso me tranquiliza un poquito.
Miércoles. Empiezo a sentir hambre. Como. Ya estoy hablando después de casi 24 horas de no omitir sonido entre sueño, quejas y suspiros.
Jueves. La energía me brota. Ya me siento curada. Planeo mi día siguiente sin mucha aprobación de mamá pero no me importa. Ella nunca entiende nada, aunque entiende todo.
Viernes. Me levanto con una molestia en la garganta. Pienso que debe ser lo que me deja todo esto, una semana tosiendo, diez días tomando jarabe y ya esta. Justo antes de salir me doy cuenta que si cruzo el umbral de la puerta que divide el pasillo de mi casa con la vereda me va a costar cuatro días mas en cama. Me siento, me calmo, sigo pensando que hacer. Tomo conciencia, decido quedarme un día mas. Hago las llamadas correspondientes. Pijama. Pastillas y a la cama otra vez. Prefiero eso antes de seguir empeorando. Todo el día en cama, mareo constante y ahora el dolor es en la zona del pecho, me falta el aire y me retumba la cabeza.
Sábado. Después de dormir casi once horas, algo me despierta. Me duele la cabeza. Tengo el recuerdo de haberme levantado ya. Si, tenia fiebre y eran las 4:00am. Empieza un día "normal". Me siento molesta por no haber hecho nada productivo en casi una semana completa, pero ya estoy contenta de poder pensar con claridad y finalmente poder definir que tengo que hacer después de todo esto.
Ya me habían dicho que cuando la mente no puede solucionar algo o hay algo que molesta mucho al alma, el cuerpo reacciona y reacciona enfermándose. Si bien siempre fui de creer en ese tipo de cosas, nunca pensé que tendría que pasarlas. Ya van cinco días de esto y esta mas que claro que no lo voy a soportar mas y tampoco voy a dejar que se transforme en algo peor. En el medio me juegan en contra mis infaltables ganas de no poder dejar el culo quieto un minuto, entonces me paro para hacer cualquier boludes con tal de pararme, me mareo en el camino de pasar a estar acostada a sentada y me mareo un poco menos en el paso de sentada a parada. Cada paso que doy me da la sensación de que el piso vibra o que cada una de mis piernas pesa 100 toneladas, teniendo que pasar el peso de todo el cuerpo de una pierna a la otra produciendo un bamboleo insoportable en los órganos internos de mi cuerpo que hasta llegan a producirme nauseas. Y así voy, del sillón al baño, del baño a la cocina, de la cocina al comedor, y de nuevo al sillón. ¿Porque sillón? No se. No es mas cómodo que mi cama. Es mas, creo que son igual de cómodas las dos superficies, pero en el sillón tengo gente caminando alrededor casi todo el tiempo, y eso hace que me sienta un poquito menos mal, porque en definitiva estoy enferma de la garganta, pero lo que realmente tengo enfermo es el corazón.
Martes. Me duele todo, pero todo. Tengo a mi compañero fiel conmigo. No se me despega ni un instante pero no puedo pensar en mucho. No pienso en cuanto me esforcé por tenerlo. No pienso en cuanto me alegra cada vez que lo veo. No pienso en cuantas veces me comí una cagada a pedos por su culpa. No pienso. Simplemente siento el peso de su cuerpito contra el mio, sus respiraciones y su calor. Y eso me tranquiliza un poquito.
Miércoles. Empiezo a sentir hambre. Como. Ya estoy hablando después de casi 24 horas de no omitir sonido entre sueño, quejas y suspiros.
Jueves. La energía me brota. Ya me siento curada. Planeo mi día siguiente sin mucha aprobación de mamá pero no me importa. Ella nunca entiende nada, aunque entiende todo.
Viernes. Me levanto con una molestia en la garganta. Pienso que debe ser lo que me deja todo esto, una semana tosiendo, diez días tomando jarabe y ya esta. Justo antes de salir me doy cuenta que si cruzo el umbral de la puerta que divide el pasillo de mi casa con la vereda me va a costar cuatro días mas en cama. Me siento, me calmo, sigo pensando que hacer. Tomo conciencia, decido quedarme un día mas. Hago las llamadas correspondientes. Pijama. Pastillas y a la cama otra vez. Prefiero eso antes de seguir empeorando. Todo el día en cama, mareo constante y ahora el dolor es en la zona del pecho, me falta el aire y me retumba la cabeza.
Sábado. Después de dormir casi once horas, algo me despierta. Me duele la cabeza. Tengo el recuerdo de haberme levantado ya. Si, tenia fiebre y eran las 4:00am. Empieza un día "normal". Me siento molesta por no haber hecho nada productivo en casi una semana completa, pero ya estoy contenta de poder pensar con claridad y finalmente poder definir que tengo que hacer después de todo esto.
31.8.14
Una mala tesis.
"Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos, era que pasaba un ángel que les robaba la voz".
Inspirada en el ídolo que le puso melodía a esta hermosa frase, empiezo mi tesis sobre relaciones de pareja. Basada en suposiciones propias y experiencias de terceros.
Es muy difícil pensar en elegir o conocer una persona con la que quieras pasar el resto de tu vida. ¿Quien se aguanta cincuenta o sesenta años al lado de alguien mas ademas de uno mismo? Ya suficiente con tener que lidiar con la vida de uno para ademas formar una vida de a dos y llevarla adelante. No creo que sea imposible, porque conozco gente que lo ha logrado, pero el caso es que yo no creo ser una persona capacitada para algo así.
Es difícil también, pensar que la próxima relación que tenga se va a terminar. Y si se va a terminar, ¿para que empezarla?. Tampoco podría esperar toda la vida o gran parte de ella a que aparezca esa persona con la que se supone que puedo pasar el resto de mi vida porque no creo que haya una persona destinada para cada uno. Necesitamos diferentes clases de seres en cada etapa de nuestra vida y me parece completamente egoísta pensar que tenemos que encontrar una persona que sea buen marido, buen padre y buen amante, porque en todo caso nosotros deberíamos ser iguales y no creo que exista ser tan perfecto que habite esta tierra.
Creo en la teoría que dice que las personas cambian, así que aunque en un principio alguien pueda ocupar de la mejor manera los 3 roles, estoy casi segura que puede llegar a perder alguno después de un tiempo o empezar a desempeñarlo sin tantas ganas y perder la ganas, es como perder la nafta que hace que el auto arranque.
Me cuesta entender que haya gente que crea que la relación que tiene con alguien a los 17 años pueda durar toda la vida. Quiero decir, ¿que tan poca aventura, curiosidad o excitación por el mundo te recorre las venas que no queres conocer otros cuerpos o almas ademas de esa de la que estas "enamorada" en ese momento? Me desespera pensar que alguna vez pueda pasar por algo así. Lo dudo mucho, porque mi manera de calcular y recalcular las cosas no me permitiría ni siquiera acercarme a algo parecido. Pero dicen que el amor ciega y tengo algo que es que creo mucho en las cosas que "se dicen".
Si metemos a un tercero en cuestión, se complica mas todavía. Porque, ¿como elegís a ese alguien a quien quieras confiarle el plan de traer a otro ser humano a este mundo? ¿como te aseguras que esa persona va a hacer todo lo que tiene que hacer en el rol que le toca desempeñar en la tarea? No hay forma de descifrarlo. No hay forma de predecir lo que va a pasar y eso es lo que mas me inquieta. Me gusta no saber que va a pasar, pero no me gusta saber que lo que pueda pasar, puede ser tanto bueno como malo. Le tengo miedo a la maldad. La detesto y amaría un mundo en la que no existiese. Peor que la maldad es la maldad sin intención. Que se produce sin planearla, y es la que mas cuesta superar.
Da la impresión de que no creo en el amor. Pero no es así. No creo en el amor que nos inventan cuando somos chicos o en ese que se muestra en las películas. O ese amor idiota que nos pega en la adolescencia. No creo en el amor que fantasía. No creo en el "verdadero amor" de los cuentos. No creo en el "felices para siempre". Ese es el asunto. ¿Cuando es siempre? Según el diccionario, la definición para siempre es: "En cualquier momento del tiempo, sin interrupción; se puede referir a la totalidad del tiempo o a la totalidad del tiempo considerado." Me gusto la parte de tiempo considerado, porque me gusta pensar que puedo tener una relación que dure diez años y ese "siempre" que duro diez años, no me molesta. El siempre infinito es el que no me gusta. El infinito no me gusta. Y es curioso que siempre que tengo una lapicera en la mano dibujo un infinito en algún lugar o mismo usando mi dedo para dibujarlo imaginariamente sobre cualquier superficie. También se podría leer como un ocho acostado y hasta preferiría que sea así, pero es otra cosa que no se.
Inspirada en el ídolo que le puso melodía a esta hermosa frase, empiezo mi tesis sobre relaciones de pareja. Basada en suposiciones propias y experiencias de terceros.
Es muy difícil pensar en elegir o conocer una persona con la que quieras pasar el resto de tu vida. ¿Quien se aguanta cincuenta o sesenta años al lado de alguien mas ademas de uno mismo? Ya suficiente con tener que lidiar con la vida de uno para ademas formar una vida de a dos y llevarla adelante. No creo que sea imposible, porque conozco gente que lo ha logrado, pero el caso es que yo no creo ser una persona capacitada para algo así.
Es difícil también, pensar que la próxima relación que tenga se va a terminar. Y si se va a terminar, ¿para que empezarla?. Tampoco podría esperar toda la vida o gran parte de ella a que aparezca esa persona con la que se supone que puedo pasar el resto de mi vida porque no creo que haya una persona destinada para cada uno. Necesitamos diferentes clases de seres en cada etapa de nuestra vida y me parece completamente egoísta pensar que tenemos que encontrar una persona que sea buen marido, buen padre y buen amante, porque en todo caso nosotros deberíamos ser iguales y no creo que exista ser tan perfecto que habite esta tierra.
Creo en la teoría que dice que las personas cambian, así que aunque en un principio alguien pueda ocupar de la mejor manera los 3 roles, estoy casi segura que puede llegar a perder alguno después de un tiempo o empezar a desempeñarlo sin tantas ganas y perder la ganas, es como perder la nafta que hace que el auto arranque.
Me cuesta entender que haya gente que crea que la relación que tiene con alguien a los 17 años pueda durar toda la vida. Quiero decir, ¿que tan poca aventura, curiosidad o excitación por el mundo te recorre las venas que no queres conocer otros cuerpos o almas ademas de esa de la que estas "enamorada" en ese momento? Me desespera pensar que alguna vez pueda pasar por algo así. Lo dudo mucho, porque mi manera de calcular y recalcular las cosas no me permitiría ni siquiera acercarme a algo parecido. Pero dicen que el amor ciega y tengo algo que es que creo mucho en las cosas que "se dicen".
Si metemos a un tercero en cuestión, se complica mas todavía. Porque, ¿como elegís a ese alguien a quien quieras confiarle el plan de traer a otro ser humano a este mundo? ¿como te aseguras que esa persona va a hacer todo lo que tiene que hacer en el rol que le toca desempeñar en la tarea? No hay forma de descifrarlo. No hay forma de predecir lo que va a pasar y eso es lo que mas me inquieta. Me gusta no saber que va a pasar, pero no me gusta saber que lo que pueda pasar, puede ser tanto bueno como malo. Le tengo miedo a la maldad. La detesto y amaría un mundo en la que no existiese. Peor que la maldad es la maldad sin intención. Que se produce sin planearla, y es la que mas cuesta superar.
Da la impresión de que no creo en el amor. Pero no es así. No creo en el amor que nos inventan cuando somos chicos o en ese que se muestra en las películas. O ese amor idiota que nos pega en la adolescencia. No creo en el amor que fantasía. No creo en el "verdadero amor" de los cuentos. No creo en el "felices para siempre". Ese es el asunto. ¿Cuando es siempre? Según el diccionario, la definición para siempre es: "En cualquier momento del tiempo, sin interrupción; se puede referir a la totalidad del tiempo o a la totalidad del tiempo considerado." Me gusto la parte de tiempo considerado, porque me gusta pensar que puedo tener una relación que dure diez años y ese "siempre" que duro diez años, no me molesta. El siempre infinito es el que no me gusta. El infinito no me gusta. Y es curioso que siempre que tengo una lapicera en la mano dibujo un infinito en algún lugar o mismo usando mi dedo para dibujarlo imaginariamente sobre cualquier superficie. También se podría leer como un ocho acostado y hasta preferiría que sea así, pero es otra cosa que no se.
27.8.14
Filosofía. Psicología. Concluía. Biografía?
Me encantaría poder decir que no me acuerdo en que momento cambio tanto todo. Cuando deje de ser la chiquitina que se preocupaba por hacer la tarea para que no la reten las maestras o esa que todos los días inventaba nuevas técnicas de tejido, bordado, amasado, moldeado o recortado para hacer esas manualidades que se contaban como el mejor adorno que iba a tener la casa y el mejor regalo de la semana que le podía dar a mamá, y que cada una se iba superando, porque una iba a ser mejor que la otra y la otra y la otra. Pero nunca llegaban a mas del 80% del trabajo total, por ende, terminaban siendo "porquerías" sin terminar, esparcidas por toda la casa, sin ningún fin concreto o uso útil. Las que llegaron a estrenarse, viven hasta el día de hoy en algún estante, caja o cajón. El resto, habrá terminado en un basurero o con mucha suerte, en manos de algún niñito que tuvo que revolver la basura que salio de mi casa ese día...
Que simple, pero que complicada se siente la vida cuando uno tiene 8 años. No sabemos exactamente el significado de la palabra "preocupación" pero como la estamos aprendiendo, nos gusta usarla para decir que "nos preocupa" que Fulanita o Menganita se enoje porque no le prestamos un marcador que justo estábamos usando. Y estoy hablando explicitamente de la vida que me toco vivir a mi, que nunca me falto nada y que realmente nunca tuve grandes cosas por las que preocuparme.
La verdad es que siempre me gusto el drama. Bueno, gustar... es una forma de decir. Reformulando, siempre fui muy propicia a participar de situaciones dramáticas (sí, así me gusta mas). Muchos dirían que por eso, bien podría ser muy buena actriz. Pero eso es mentira, porque si veía o veo todo como un drama es porque lo siento así, no porque invento algún tipo de plan macabro en mi cabeza en donde quiero probar como reacciona la gente ante mis llantos, mis gritos o mis histerias.
Mis últimos años de vida consciente, creciente y cambiante, noto una mejoría en estas cuestiones y ahora se lo puede llamar "exagerar" en lugar de dramatizar. Pero, que seria de la vida sino exageramos? Cada uno exagera lo que le parece, y lo que a uno le puede parece exagerado, al otro no, y en realidad uno no se da cuenta cuando exagera, sino que las cosas que uno hace o dice se ven exageradas a los ojos del otro y si el otro nunca nos dice que le parece que exageramos, nunca nos enteraríamos que estamos exagerando, entonces no exageraríamos en ningún plano, mas que en la cabeza de los ojos del que nos ve. Y para concluir con esta filosofía barata que acaba de salir de mi, decimos que todo es relativo en el relativismo de la relatividad.
A los 11-12 años, ya son otros los "problemas" que atravesamos o las cosas que nos preocupan. En mi opinión, la pre-adolescencia es peor que la adolescencia, porque los adolescentes son un hecho, están presentes constantemente y son un peso importante en la sociedad. Siempre se habla de ellos y cuando somos niños, sabemos que nos va a tocar pasar por eso.
Los que tenemos hermanos mayores y vivimos esta etapa como espectadores de primera fila de una película de cine con subtitulos, donde los actores están tan cerca que nos marean, no llegamos a leer todo lo que dicen y por ende terminamos entendiendo la mitad de lo que pasa y creemos que nunca vamos a llegar a ser así, porque "yo? convertirme en esta clase de monstruo? Si soy re buena... a mi nunca me va a pasar". Para colmo están esas descripciones vulgares que llegamos a ver o en el colegio o en la calle o por algun amigo que muestran al adolescente como un engendro lleno de granos, mal olor y pésimo humor.
En fin, tenemos muchas herramientas para imaginar como podriamos ser en esa etapa de la vida y aun asi no podemos dar con la predicción correcta. Pero mi punto era que de la pre-adolescencia no nos habla nadie, y cuando llega es un dolor de ovarios (casi literal).
Empezas a usar corpiño y te gusta, porque te sentís grande y si son lindos como los que me compraba mamá, mejor todavía. Pero en cuanto un compañerito se entera y se ríe de eso porque se te vio el bretel por la remera, ya no te gusta tanto. Te sentís una tonta, no queres que piensen que "te haces la grande" y haces malabares para sacártelo, con la perfecta complicidad de una amiga que entiende, pero a la vez no lo que te pasa porque ella todavía no tiene que usarlos, pero lo haces para que el payaso que se rió de vos no tenga pruebas para contarle al resto del grado el nuevo chisme. Al instante te sentís incomoda, porque si empezaste a usarlo es porque se te veía fea la remera sin corpiño y ahora sabes que te queda fea. Llegas a tu casa y te convences de que no tenes que hacerle caso al gil que se quiso reír de algo natural por lo que todas las nenas pasan y que ya va a ver cuanto se va a reír cuando en unos años tenga que desabrochar uno y no sepa hacerlo porque no fue capas de reaccionar coherentemente ante la situación, para conseguir una amiga que cuando lo necesite, se lo pueda enseñar. Y ademas, sabes que lo que le pasa a él en esa misma etapa es sumamente asqueroso y no se compara con lo tuyo, pero que no lo vas a molestar con eso porque te consideras mucho mas madura que él. Y ese, ese es el momento que marca un antes y un después en tu vida frente al genero masculino.
De la adolescencia mucho no puedo hablar. Considero que para hablar de una etapa de tu vida, de la forma en que lo estoy haciendo ahora, primero hay que darla por concluida. No puedo hacer una conclusión de algo por lo que estoy pasando. Me irritan tantos cambios, me emocionan, me impacientan. Si algunas veces pienso que me gustaría volver a alguna época pasada es porque ya la viví y porque se como terminó y porque estoy contenta con el resultado que tuvo. Nunca nos gusta lo que no sabemos. Si, nos da intriga, si, nos da curiosidad, si, nos atrae y podría hacer una lista de sinónimos que digan lo mismo pero ninguno se va a acercar al verbo "gustar". Una vez me dijeron que el cerebro tiene la capacidad de recordar con mas gusto, eso mismo, recuerdos. Acepta con mas felicidad las cosas que ya pasaron, que las que están pasando. No se que tan cierto sera, pero creo que en mi se aplica bastante.
Que simple, pero que complicada se siente la vida cuando uno tiene 8 años. No sabemos exactamente el significado de la palabra "preocupación" pero como la estamos aprendiendo, nos gusta usarla para decir que "nos preocupa" que Fulanita o Menganita se enoje porque no le prestamos un marcador que justo estábamos usando. Y estoy hablando explicitamente de la vida que me toco vivir a mi, que nunca me falto nada y que realmente nunca tuve grandes cosas por las que preocuparme.
La verdad es que siempre me gusto el drama. Bueno, gustar... es una forma de decir. Reformulando, siempre fui muy propicia a participar de situaciones dramáticas (sí, así me gusta mas). Muchos dirían que por eso, bien podría ser muy buena actriz. Pero eso es mentira, porque si veía o veo todo como un drama es porque lo siento así, no porque invento algún tipo de plan macabro en mi cabeza en donde quiero probar como reacciona la gente ante mis llantos, mis gritos o mis histerias.
Mis últimos años de vida consciente, creciente y cambiante, noto una mejoría en estas cuestiones y ahora se lo puede llamar "exagerar" en lugar de dramatizar. Pero, que seria de la vida sino exageramos? Cada uno exagera lo que le parece, y lo que a uno le puede parece exagerado, al otro no, y en realidad uno no se da cuenta cuando exagera, sino que las cosas que uno hace o dice se ven exageradas a los ojos del otro y si el otro nunca nos dice que le parece que exageramos, nunca nos enteraríamos que estamos exagerando, entonces no exageraríamos en ningún plano, mas que en la cabeza de los ojos del que nos ve. Y para concluir con esta filosofía barata que acaba de salir de mi, decimos que todo es relativo en el relativismo de la relatividad.
A los 11-12 años, ya son otros los "problemas" que atravesamos o las cosas que nos preocupan. En mi opinión, la pre-adolescencia es peor que la adolescencia, porque los adolescentes son un hecho, están presentes constantemente y son un peso importante en la sociedad. Siempre se habla de ellos y cuando somos niños, sabemos que nos va a tocar pasar por eso.
Los que tenemos hermanos mayores y vivimos esta etapa como espectadores de primera fila de una película de cine con subtitulos, donde los actores están tan cerca que nos marean, no llegamos a leer todo lo que dicen y por ende terminamos entendiendo la mitad de lo que pasa y creemos que nunca vamos a llegar a ser así, porque "yo? convertirme en esta clase de monstruo? Si soy re buena... a mi nunca me va a pasar". Para colmo están esas descripciones vulgares que llegamos a ver o en el colegio o en la calle o por algun amigo que muestran al adolescente como un engendro lleno de granos, mal olor y pésimo humor.
En fin, tenemos muchas herramientas para imaginar como podriamos ser en esa etapa de la vida y aun asi no podemos dar con la predicción correcta. Pero mi punto era que de la pre-adolescencia no nos habla nadie, y cuando llega es un dolor de ovarios (casi literal).
Empezas a usar corpiño y te gusta, porque te sentís grande y si son lindos como los que me compraba mamá, mejor todavía. Pero en cuanto un compañerito se entera y se ríe de eso porque se te vio el bretel por la remera, ya no te gusta tanto. Te sentís una tonta, no queres que piensen que "te haces la grande" y haces malabares para sacártelo, con la perfecta complicidad de una amiga que entiende, pero a la vez no lo que te pasa porque ella todavía no tiene que usarlos, pero lo haces para que el payaso que se rió de vos no tenga pruebas para contarle al resto del grado el nuevo chisme. Al instante te sentís incomoda, porque si empezaste a usarlo es porque se te veía fea la remera sin corpiño y ahora sabes que te queda fea. Llegas a tu casa y te convences de que no tenes que hacerle caso al gil que se quiso reír de algo natural por lo que todas las nenas pasan y que ya va a ver cuanto se va a reír cuando en unos años tenga que desabrochar uno y no sepa hacerlo porque no fue capas de reaccionar coherentemente ante la situación, para conseguir una amiga que cuando lo necesite, se lo pueda enseñar. Y ademas, sabes que lo que le pasa a él en esa misma etapa es sumamente asqueroso y no se compara con lo tuyo, pero que no lo vas a molestar con eso porque te consideras mucho mas madura que él. Y ese, ese es el momento que marca un antes y un después en tu vida frente al genero masculino.
De la adolescencia mucho no puedo hablar. Considero que para hablar de una etapa de tu vida, de la forma en que lo estoy haciendo ahora, primero hay que darla por concluida. No puedo hacer una conclusión de algo por lo que estoy pasando. Me irritan tantos cambios, me emocionan, me impacientan. Si algunas veces pienso que me gustaría volver a alguna época pasada es porque ya la viví y porque se como terminó y porque estoy contenta con el resultado que tuvo. Nunca nos gusta lo que no sabemos. Si, nos da intriga, si, nos da curiosidad, si, nos atrae y podría hacer una lista de sinónimos que digan lo mismo pero ninguno se va a acercar al verbo "gustar". Una vez me dijeron que el cerebro tiene la capacidad de recordar con mas gusto, eso mismo, recuerdos. Acepta con mas felicidad las cosas que ya pasaron, que las que están pasando. No se que tan cierto sera, pero creo que en mi se aplica bastante.
25.8.14
Casi un cuadro
En momentos como este, decido escaparme a ese país. Ese lugar tan pintoresco que invita a sentarse en un café, irónicamente tomando un té... humeante, aromático, transparente. Pudiendo mirar por el vidrio mojado por los chaparrones constantes, una ciudad que cambia de color en cada esquina, que combina las flores mas lindas con los olores mas ricos existentes en este mundo.
Y ahí esta, mi lugar. No entra ni un centímetro mas de bufanda, ni un talle mas de zapatos, ni un pelito mas. El lugar es exacto y perfecto. Cómodo, tranquilo, alegre, pícaro, atento y disfrutable. Nada me hace querer salir de ahí.
Veo paraguas, veo botas de goma, una mariposa que usa una rama como escondite. Completamente pacífica, espera al sol que no tarda en salir de detrás de esa nube platinada, para seguir su camino en busca de la flor mas rica de entre las mejores que tiene el puesto de la esquina.
Se asoma un rayito de sol y esa es la señal que decido usar para pararme. Camino tres cuadras por la misma vereda, doblo a la izquierda sin cruzar la calle y son tres cuadras mas. Cruzando el parque, ese parque que me gusta casi tanto como la suerte de jardín que me invente en el balcón. Puerta giratoria, siempre me exasperaron este tipo de puertas, son lindas si las miras, pero una vez adentro no podes esperar el instante en que termine de girar para que puedas salir.
Los personajes cotidianos del lugar, siempre tienen algo en que pensar y no se percatan de mi llegada, salvo uno. Siempre atento, amable y cortés, me saluda. Le devuelvo el gesto pensando en cuanto me recuerda a mi abuelo. Dieciséis escalones y ya estoy adentro. Ahora físicamente somos estas cuatro paredes, dos espejos, una barra y yo. Emocionalmente, puedo hablar del olor peculiar que siento a cuatro pasos de entrar, la luz perfecta que se filtra por la ventana frontal, la temperatura ideal de la madera y la música que ya esta sonando. Solo me queda, dejarme llevar.
Y ahí esta, mi lugar. No entra ni un centímetro mas de bufanda, ni un talle mas de zapatos, ni un pelito mas. El lugar es exacto y perfecto. Cómodo, tranquilo, alegre, pícaro, atento y disfrutable. Nada me hace querer salir de ahí.
Veo paraguas, veo botas de goma, una mariposa que usa una rama como escondite. Completamente pacífica, espera al sol que no tarda en salir de detrás de esa nube platinada, para seguir su camino en busca de la flor mas rica de entre las mejores que tiene el puesto de la esquina.
Se asoma un rayito de sol y esa es la señal que decido usar para pararme. Camino tres cuadras por la misma vereda, doblo a la izquierda sin cruzar la calle y son tres cuadras mas. Cruzando el parque, ese parque que me gusta casi tanto como la suerte de jardín que me invente en el balcón. Puerta giratoria, siempre me exasperaron este tipo de puertas, son lindas si las miras, pero una vez adentro no podes esperar el instante en que termine de girar para que puedas salir.
Los personajes cotidianos del lugar, siempre tienen algo en que pensar y no se percatan de mi llegada, salvo uno. Siempre atento, amable y cortés, me saluda. Le devuelvo el gesto pensando en cuanto me recuerda a mi abuelo. Dieciséis escalones y ya estoy adentro. Ahora físicamente somos estas cuatro paredes, dos espejos, una barra y yo. Emocionalmente, puedo hablar del olor peculiar que siento a cuatro pasos de entrar, la luz perfecta que se filtra por la ventana frontal, la temperatura ideal de la madera y la música que ya esta sonando. Solo me queda, dejarme llevar.
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